Reporteros Sin Fronteras ha hecho público un informe en el que analiza el grado de libertad de prensa que existe a nivel mundial, que emite de forma anual. Según los resultados, existe un incremento de los sentimientos de odio hacia los periodistas, que amenaza considerablemente las democracias mundiales.
El motivo no es otro que la hostilidad que muestran los dirigentes políticos hacia los medios de comunicación. Es el caso de países como Turquía o Egipto en el que numerosos periodistas han sido acusados de “terrorismo” por parte de los miembros del Gobierno, llegando a encarcelar de forma arbitraria a aquellos profesionales de la información que no les son leales.
Según denuncia RSF, cada vez son más los jefes de Estado que a pesar de ser elegidos de forma democrática, consideran a la prensa como un adversario contra el que mostrar abiertamente su aversión y no como uno de los pilares fundamentales de la democracia. Un ejemplo claro de que el odio hacia los periodistas no solo ocurra en países autocráticos es Estados Unidos, que retrocede dos posiciones en la clasificación, ocupando ahora el lugar 45.
En 2018, Noruega y Corea del Norte conservan el primer y el último lugar
En esta nueva edición de la Clasificación Mundial, Noruega sigue a la cabeza por segundo año consecutivo; Suecia (2º) la sigue muy de cerca, al igual que el año pasado. Los países nórdicos, tradicionalmente respetuosos de la libertad de prensa, también se ven afectados por el deterioro general de la situación.
España baja al puesto 31
En la Clasificación de 2018, España pierde dos posiciones y se sitúa en el puesto 31 de la tabla. Los últimos meses de 2017 han sido especialmente oscuros para la libertad de prensa en Cataluña. Los periodistas fueron víctimas colaterales del conflicto entre el gobierno central y el catalán, creado por el referéndum ilegal del 1 de octubre y la declaración unilateral de independencia.
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