Una de las mayores preocupaciones de la mujer es la celulitis. No solamente afecta a la salud provocando dolor intenso y otros síntomas incapacitantes. La celulitis es un problema estético. En concreto, la presencia de hoyuelos en los muslos y glúteos preocupa a un 57,3% de población. Este problema estético supera a la importancia que se le da a las arrugas (46%), según datos de un estudio de la consultora demográfica independiente MB Consultores para una conocida marca de cremas reductoras. Los datos hablan por sí solos. Cinco de cada diez mujeres, que acuden a una clínica estética, lo hacen para preguntar sobre este tema y nueve de cada diez mujeres tienen algún grado de celulitis.
Dados estos datos, cualquiera podría explicarse por qué sobre la celulitis han girado tantísimas campañas de marketing en el ámbito de la industria cosmética. Sin embargo, expertos y organizaciones de consumidores han denunciado la exagerada publicidad de estos productos que llevan a las usuarias a pensar que eliminar la celulitis con una crema es un objetivo alcanzable. Algo que es en la práctica imposible pues se trata de cosméticos que actúan sobre las capas superficiales de la piel y tienen, por tanto, escasos efectos en tejidos más profundos, que es donde se localiza la celulitis, según un estudio reciente de la Organización de Consumidores y Usuarios.
Después de analizar ocho cremas anticelulíticas concluyen que hay más publicidad que efectividad tras ellas. El resultado de la crema más eficaz reduce sólo tres milímetros el contorno del muslo después de un mes de uso. A pesar de su poca efectividad el precio puede rondar los 20 euros.
Aparatología de belleza
Ante esta polémica, algunas compañías se han buscado a la tecnología como aliado. Además del surgimiento de nuevos sistemas de uso en clínicas estéticas, los métodos anticelulíticos han llegado a la tecnología para uso en hogar. Este es el caso de un dispositivo presentado en el último CES, la feria de electrónica de consumo de referencia, que tuvo lugar en las Vegas en su última edición.
Se trata de pequeños aparatos de masaje que, conectados a una app del móvil van informando a través de un LED sobre la calidad del gesto: si la luz es verde, todo es correcto y la luz apagada indica que hay que corregir el gesto. Estos nuevos dispositivos pueden usarse bajo la ducha y nos ofrecen monitorizar en la pantalla de nuestro smartphone la evolución y el progreso de su cura anticelulítica en directo.
La app se basa en un tratamiento de 28 días desde la descarga de la aplicación. Durante este tiempo, el programa envía notificaciones que ayudan a completar el tratamiento y mensajes motivacionales junto a consejos sobre alimentación, ejercicio y belleza. “La usuaria recibirá recetas saludables, videos de ejercicio para mostrar cómo realizarlos correctamente y consejos de belleza”.
Frustración y relativización del problema
El sector de la aparatología de belleza, ha visto durante años la frustración que muchas mujeres sentían tras usar algunos productos del mercado que no funcionaban como esperaban. El estado de ánimo se ve afectado por estas expectativas no satisfechas y la inseguridad aumenta al sentir la impotencia de no poder hacer frente a la celulitis. Según los expertos la mejor técnica es el masaje “pinzado-rodado”, que consiste en, con las dos manos, pinzar la piel y arrastrarla o rodarla.
No obstante, también conviene recordar que la celulitis no es un problema de salud grave en la mayoría de los casos, y que la aceptación estética de nuestra apariencia también puede ayudarnos a no prestar demasiada atención a algo que afecta al 90% de la población femenina, sin causar ningún tipo de molestia más allá de lo puramente estético.
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