Daniel Grao se ha convertido en uno de los actores más cotizados del panorama español. Tras haber intervenido en ficciones como Sin identidad, Los nuestros o La sonata del silencio, el catalán viaja ahora al siglo XIV para enfundarse la casaca de Bernat Estanyol en La catedral del mar, una de las grandes apuestas de Atresmedia para esta temporada. El intérprete ha concedido una entrevista a prnoticias para analizar cómo ha sido adaptar uno de los libros españoles más leídos de los últimos años.
Grao interpreta a Bernat Estanyol, “el que abre esta aventura”. “Lo interesante para mí fue el arco que tiene el personaje: de ser un hombre apocado y estar acostumbrado a agachar la cabeza ante un sistema duro y cruel pasar a luchar para que todo cambie gracias a la llegada de su hijo, al que quiere inculcarle ciertos valores”, desvela.
El intérprete confiesa que leyó el libro cuando fichó por la serie y alaba el proceso de adaptación. “Creo que es muy fiel, sobre todo en el carácter de los personajes, aunque, lógicamente, cambia el lenguaje”, indica. Además, Daniel Grao estudió a fondo su papel y concluyó que Bernat tenía “un elemento que no podía pasar por alto: no podía hacer un trabajo naturalista, esta serie tiene un punto épico que hay que dárselo al personaje”, asegura el actor.
“Con las plataformas, se pueden hacer una serie de nicho y eso oxigena la ficción”
Cuestionado acerca de cómo ha cambiado la situación de la mujer con respecto al siglo XIV, época en la que se desarrolla la serie, Grao asegura que “lo que nos pasa es que aquí, aunque quede trabajo por hacer, la cosa ha evolucionado bastante pero, en otros países, hay situaciones hoy en día que responden al medievo”.
En cuanto al rodaje, el intérprete confiesa que “ha sido complicado”. ¿La razón? El elevado número de exteriores que, según Daniel Grao, le da “un empaque cinematográfico”. “Hemos rodado por toda la Península y eso lo hace mucho más atractivo para el actor y para el espectador”.
En los últimos tiempos, parece que la ficción española comienza a adaptarse a los nuevos tiempos, abriendo su abanico temático y reduciendo su duración, algo que atribuye a las plataformas. “Gracias a ellas, el consumo es otro y hace que lo pueda ver el mundo entero. Además, no te obliga a hacer algo que agrade a todos los públicos, puedes hacer una serie de nicho y eso oxigena la ficción”, finaliza.
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