En febrero de este año 2018, Richard Edelman, CEO de Edelman, la multinacional de Comunicación más grande del mundo, apuntaba que algo estaba sucediendo en el sector, y no bueno precisamente. En el anuncio de sus cuentas anuales, el directivo señalaba que su compañía había sufrido una desaceleración en el crecimiento con respecto al año anterior. La consultora creció solo un 2,1% en 2017, algo más que en 2016, donde tan solo consiguió crecer un 1,7%.
Sin embargo, Edelman no es la única consultora que experimentaba un frenazo, lo mismo le sucedió a la principal competidora de la multinacional estadounidense a nivel global, Weber Shandwick, que también vio disminuir sus ingresos en el año 2017. Una tendencia a la baja que pareció certificarse con el comportamiento que tuvieron las cuentas de Omnicom PR Group que tuvieron un repunte marginal. Lo mismo le sucedió a WPP, que en marzo vio como sus acciones en bolsa desplomaban.
Desde las grandes multinacionales achacan la tendencia a la falta de inversión en Comunicación, y apuntan a que ahora otras compañías ajenas a su sector han entrado en su terreno. “Vamos a tener que competir con las agencias publicitarias y con las empresas digitales. Están llegando a nuestro mundo: nuestros comptedirores ya no son solo Weber Shandwick y Ketchum”, decía Richard Edelman, señalando a dos compañías que han optado, precisamente, por explorar otros mundos para continuar con un crecimiento que la Comunicación ya no les permite.
Weber Shandwick y Ketchum son dos de las multinacionales que han comenzado a cambiar su modelo de negocio ocupando territorios que hace un tiempo le eran completamente ajenos. Ahora, ambas compaías han entrado en el mundo de las consultoras como Deloitte, KMPG o E&Y e incluso de compañías especializadas en Recursos Humanos. Esto se debe a que a las grandes multinacionales les está resultando tremendamente complicado competir en el mundo de la comunicación corporativa, financiera o de gran consumo, por haberse producido un cambio en la tendencia del mercado, que ha equilibrado la balanza en favor de las agencias locales, no solo en España, si no en buena parte del mundo.
Entre los servicios que darán ahora las dos multinacionales mencionadas están relacionados con la consultoría de negocio, orientado a asesorar a las empresas en la consecución de objetivos. De la misma manera actuará Ketchum, que desde el pasado 1 de junio se ha estructurado como una agencia global con 14 divisiones en las que ejercerá labores de asesoría. Ketchum disminuyó sus ingresos un 4% en 2017, hasta quedarse en los 517 millones de dólares.
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