Por Diana Cortecero, directora de cuentas de COMCO Comunicación.
Dice el saber popular que “una imagen vale más que mil palabras”. Un reciente ejemplo es la fotografía que dio la vuelta al mundo la pasada semana a modo de resumen de la última cumbre del G7 celebrada en Quebec (Canadá). La reunión estuvo marcada por la tensión entre EE.UU. y el resto de los países del grupo por asuntos como la relación con Rusia, su salida del pacto contra el cambio climático o la imposición de aranceles por parte del gobierno de Donald Trump a determinadas exportaciones.
El pie de foto de la imagen, compartida en los perfiles oficiales en redes sociales del gobierno de Alemania, la describió como “una reunión espontánea entre dos sesiones de trabajo”, pero la tirantez en la escena parece palpable. Sin embargo, es muy interesante comparar esta fotografía con las que fueron publicadas por los equipos de comunicación de los demás mandatarios presentes en la cumbre. Si bien todas las imágenes fueron tomadas durante el mismo encuentro, las diferencias entre ellas son muy notables.
La imagen difundida por el gabinete de la canciller alemana sugiere un Donald Trump solo, a la defensiva y enfrentado a la reprobación del resto de los líderes políticos mundiales con Merkel a la cabeza. En cambio, en la fotografía publicada por Dan Scavino Jr. (director del equipo de redes sociales de la Casa Blanca), Trump se torna en el centro de atención de todos los mandatarios, que no sólo le rodean, sino que en muchos casos incluso sonríen, y la presencia de Angela Merkel, por contra, prácticamente desaparece al encontrarse de espaldas e inclinada sobre la mesa.
Si observamos en cambio las imágenes difundidas por las oficinas de prensa de Japón, Francia, Italia o Canadá, son Shinzo Abe, Emmanuel Macron, Giuseppe Conte o Justin Trudeau, respectivamente, los que parecen dominar el encuentro.
Obviamente, todas las fotografías fueron difundidas con una clara intencionalidad desde el punto de vista de la comunicación. En todas ellas es evidente el deseo de poner el foco sobre el líder del país en cuestión llevando la voz cantante, pero sólo una de ellas cuenta con la calidad y la fuerza suficientes para convertirse en un icono.
La fotografía del equipo alemán, tomada por uno de sus fotógrafos oficiales, Jesco Denzel (nominado recientemente al premio World Press Photo), fue comparada por muchos en redes sociales con el fotograma de una película o con una pintura renacentista. Cuenta con todas las características necesarias para hacerse viral: su resolución, la magnífica composición o el aprovechamiento de la luz por parte del fotógrafo sin duda ayudaron a que esta fuese la imagen más compartida, comentada y protagonista de multitud de “memes”. Es la instantánea que quedará en el recuerdo colectivo como la síntesis de la reunión de los líderes políticos del G7.
¿Qué podemos aprender de esto como comunicadores? Que la perspectiva a la hora de difundir tus mensajes, tanto en sentido literal como figurado, puede cambiar completamente su alcance, y que contar con un buen fotógrafo en tu equipo es uno de tus mejores activos.