Con la llegada del verano, los primeros espadas de la radio se retiran a descansar para hacer balance y planificar la siguiente temporada. Tras una gran campaña, Onda Cero se prepara para asaltar la segunda plaza del EGM con varios retos por delante y alguna incógnita por resolver.
Pese a su larga trayectoria, la temporada 2017-2018 ha sido definitiva para Carlos Alsina, que ha visto como su popularidad y prestigio aumentaban a la vez que se convertía en uno de las voces estrellas de la cadena. Con la más que probable marcha de Juan Ramón Lucas a la noche, el locutor se enfrentará ante la complicada labor de comandar la mañana en solitario.
Con 1.158.000 oyentes, Más de uno ha logrado hacerse un hueco en la parrilla tras la marcha de Carlos Herrera a COPE. Derrocar al andaluz es, precisamente, su objetivo primordial, aunque la emisora no debe perder de vista a Las mañanas de RNE. Para ello, Alsina deberá demostrar sus dotes de comunicador más allá de la información política y brillar en la segunda parte del programa, enfocada a temas más ligeros.
Otra de las batallas más interesantes de la temporada tendrá lugar en la tarde. Con La ventana perdiendo audiencia de manera preocupante, Julia Otero deberá dar un golpe definitivo en la mesa para seguir recortando audiencia al programa de Carles Francino. La gallega, una de las grandes vencedoras de la temporada, ha encadenado seis subidas consecutivas y debe mantener su buena racha para acabar con el reinado vespertino de la SER.
La noche, el punto débil de Onda Cero
Pero, sin lugar a dudas, la gran incógnita la protagoniza La brújula. Con la casi segura llegada de Juan Ramón Lucas a la franja nocturna, está por ver cómo de profunda es la remodelación que el locutor llevará a cabo en el programa. El espacio es uno de los puntos débiles de la emisora tras perder la tercera plaza a manos de 24 Horas, por lo que el madrileño, muy bien considerado dentro de Onda Cero, debe construir un formato que devuelva a La brújula a la pelea.
José Ramón de la Morena desembarcó en la cadena de Atresmedia con mucho que perder y poco que ganar. El locutor venía de ser el rey de la madrugada deportiva durante dos décadas y empezar desde cero era una opción que conllevaba muchos peligros. Pese a todo, el periodista dio el paso y, tras una primera temporada algo irregular, ha conseguido afianzarse. El transistor ha vivido una gran campaña a nivel de audiencia: el espacio ha crecido 49.000 oyentes de manera interanual y le ha recortado 293.000 seguidores a El larguero. Ese debe ser el camino a seguir, sin prisa pero sin pausa con el asalto al liderato como objetivo a medio plazo.
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