La Asociación de Comunicación Política (ACOP) organizó el martes el encuentro ‘La batalla por el relato catalán: estrategias de comunicación en el independentismo y el constitucionalismo’, que tuvo lugar en el Centre Cultural-Libreria Blanquerna de Madrid. El acto reunió a los principales estrategas de la comunicación independentista y no independentista para debatir sobre las técnicas de comunicación utilizadas en la construcción de su relato. Adriá Alsina, ex director de comunicación de la ANC, y Toni Aira, director de Comunicación del PdeCAT, representaron al sector independentista; mientras que Jordi Cañas, ex secretario de Comunicación de Ciudadanos, y Joan López Alegre, de Societat Civil Catalana (SCC), representaron a la parte no independentista. El debate estuvo moderado por los periodistas Ana Pardo de Vera y Jusep Cuní.
Todos los analistas y expertos aseguran que las técnicas de comunicación empleadas en el conflicto catalán serán objeto de estudio en el futuro, aunque lo cierto es que las estrategias comunicativas en Cataluña están siendo objeto de estudio ya en el presente, y los actos como este lo corroboran.
Los participantes de la jornada coincidieron en que ser capaces de establecer la agenda de debate es fundamental para ganar la batalla del relato, y en ese sentido, López Alegre, aseguró que “la batalla comunicativa la han ganado los independentistas”, puesto que han conseguido que, se esté de acuerdo o no con la independencia, ya se está hablando de ello, lo que favorece inevitablemente a los que la quieren. Y eso sucede, según el representante de SCC, “porque los independentistas tenían un objetivo, y nosotros no”. De la misma manera, durante su intervención, López Alegre aseguró que el primera acto comunicativo formal contrario al a independencia vino del Rey Felipe VI, al que se permitió hacer una crítica constructiva señalando que su mensaje hubiera tenido aún más fuerza si se hubiera grabado en la misma Barcelona.
Tras la intervención de López Alegre llegó el turno de Adriá Alsina, quien ya señaló que su ponencia sería mucho más técnica que política, a diferencia de la del representante de SCC. Alsina protagonizaría más tarde uno de los momentos más tensos del debate precisamente atendiendo a este criterio.
El ex jefe de prensa de la ANC reconoció que el objetivo principal del independentismo era, antes que realizar el referéndum, hacer creer a la gente que el referéndum ser produciría inevitablemente, “si la gente pensaba que el referéndum no se produciría, para nosotros era un fracaso”, independientemente de que se realizara o no. De esa forma, la maquinaria comunicativa independentista se puso a funcionar a golpe de eslogan, tirando de un clásico: el cambio. De ‘El cambio eres tú’ donde apelaban directamente a los individuos, en la ANC recurrieron a la idea del ‘nacimiento’, tratando de vincular la independencia a algo nuevo, que acabaron rematando con el eslogan ‘Hola república’, queriendo transmitir ilusión por lo que viene.
“Y hasta ahí la campaña tradicional”, reconoció Alsina. Y es que después de eso vino el registro de imprentas y cierre de webs que, en palabras del ex dircom, “impulsaron la idea del referéndum”, y fue entonces cuando nacieron los Comités de Defensa de la República (CDR), ya que, según Alsina, “la Generalitat facilitaría las urnas, pero no defendería el referéndum”, alegando que no se mandó a los mossos d’esquadra a defender la votación. Estos acontecimientos, según el propio Alsina, favorecieron que los políticos independentistas se aferraran al victimismo en lugar de a una posición reivindicativa.
A continuación fue el turno de Jordi Cañas, muy contundente contra el independentismo. Después de una contextualización de la situación en la Comunidad Autónoma, alegando que el problema del “nacionalismo [catalán] nació hace 120 años”, señalando que no es un problema que venga de ahora, sí reconoció que fue a raíz de la Constitución de 1978, cuando se cede poder a las autonomías, cuando el problema se agrava.
A pesar de que el acto versaba sobre las técnicas y estrategias de comunicación en el conflicto catalán, Cañas aprovechó su intervención para seguir construyendo relato, y se mostró muy beligerante cuando afirmó que “con el nacionalismo [catalán] no se dialoga, al nacionalismo se le combate”. Cañas también se lamentó del estigma con el que carga Ciudadanos en Cataluña y en el resto de España, al ser identificado como un partido de derechas: “Yo procedo del PSC, vengo de una familia obrera y mis ideas son progresistas”, dijo Cañas, asegurando ser más de izquierdas que algunos que se autodenominan así. Fue entonces cuando Cañas insistió en que se trata de insistir en dar la batalla de las ideas, porque según el ex responsable de Comunicación de Ciudadanos, lo que se está produciendo en Cataluña es una “guerra cultural, y los independentistas lo saben”.
Finalizada la intervención de Cañas, se vivió el momento más tenso del debate, el protagonizado por Adriá Alsina. El ex responsable de prensa de la ANC se refirió a los moderadores y a la organización, visiblemente molesto, señalando que él fue invitado a un acto en el que se le aseguró que se debatiría sobre comunicación política en términos técnicos y no en términos ideológicos o políticos, algo que, según Alsina, era a lo que se estaba dedicando la parte no independentista, a los que en un momento llegó a acusar de estar dando un mitin político. Cañas y López Alegre se defendieron señalando que la contextualización del conflicto es fundamental para poder comprender el resto de cosas.
Una vez calmados los ánimos, llegó el turno del último ponente, Toni Aira, quien inició su ponencia hablando de la marca JxCat, aludiendo a que “la batalla por el relato se dirime por el tono”. “Jordi, en la segunda frase ya te pone tenso”, dijo Aira en relación a Jordi Cañas, con quien aseguró tener una muy buena relación. “Sin embargo, todo relato debe tener su antagonista”, señaló Aira, quien dijo que en según qué momento, el adversario del PdeCAT era, o bien ERC o bien Ciudadanos o el bloque “españolista”. La técnica a la que aludió Aira es tan antigua como la disciplina política: la construcción del sujeto político en contraposición a tu adversario.
Para Aira, es fundamental lo que él llamó la fotografía, es decir, la imagen que das de ti mismo y no sólo de lo que quieres conseguir, sino de cómo quieres conseguirlo. Entonces, el dircom del PdeCAT apuntó que ERC estaba tratando de ganar las últimas elecciones autonómicas en clave clásica, “pero esto no eran unas elecciones clásicas”. “Entonces decidimos sacar el eslogan ‘Puigdemont, el nostre president’”, un eslogan que, según Aira, consiguió que por primera vez, votantes de ERC e incluso la CUP, dudaran entre votar a sus formaciones o al PdeCAT, al vincular la figura de Puigdemont con la legitimidad catalana, independientemente de si lo quisieras a él como presidente.
Hacia el final de las ponencias, los conferenciantes llegaron de nuevo a un punto de encuentro, cuando aseguraron que lo que se había producido en Cataluña, tanto de un lado como de otro, nació de la sociedad, y fueron luego los partidos los que recogieron ese movimiento. Es decir, las posiciones independentistas y no independentistas se forjaron de abajo hacia arriba, y no al revés.
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