Jon Sistiaga vuelve a #0 dispuesto a seguir rompiendo temas tabú. El periodista estrena este jueves, a partir de las 22:00 horas, la nueva temporada de Tabú, que estará centrada en los siete pecados capitales. “Lo más difícil ha sido conseguir los personajes porque a nadie le gusta reconocerse como envidioso o soberbio”, asegura el vasco.
La primera de las entregas gira en torno a la avaricia, un tema para le ha costado “especialmente” sacar adelante porque muchas personas que iban a intervenir en el programa dijeron que no al conocer el título. “Algunos políticos y empresarios corruptos me decían: ‘Si haces otro sobre corrupción solo, sí, pero en el de avaricia…’”, desvela, señalando que Tabú “trata de indagar en las causas de por qué actuamos así, no en las consecuencias”.
El capítulo que abre la temporada también ahonda en la epidemia que están protagonizando las casas de apuestas. “Estamos en un momento en el que todavía no vemos las consecuencias de esa permisividad a la hora de anunciar casas de apuestas. Llegarán en un futuro, cuando además de que el 36% de nuevos jugadores son menores de 18 años, haya problemas en las casas porque no hay dinero, hay robos o la gente tiene que ingresar en clínicas de desintoxicación”, asevera.
“Entonces, nos daremos cuenta de que el dinero que es un tipo de publicidad que hay que delimitar. No soy quién para prohibirlo pero aviso como periodista de las consecuencias nefastas que va a tener este tipo de publicidad”, prosigue, criticando “la relación de un deporte tan mayoritario como el fútbol con el juego”.
“Quitaría la lujuria de la lista porque follar no es pecado”
Cuestionado acerca de cuál es el pecado del periodismo español, Jon Sistiaga no tiene dudas: “La lujuria, entendida como concupiscencia y onanismo”. Eso sí, el propio Jon cree que debería desaparecer de la lista: “Al final, los siete pecados capitales es una forma de hablar de nuestras miserias y debilidades. Si me preguntase el papa Francisco, le diría que quitase la lujuria de la lista porque follar no es pecado”.
Para compensar, Sistiaga introduciría el egoísmo en la lista: “En el mismo semáforo te saluda siempre el mismo pobre y no sabes ni cómo se llama, es invisible para ti. Ves en la tele que han llegado cinco cadáveres a Caños de Meca y tú te acuerdas de cuando estuviste allí de vacaciones, te da igual cómo se llamen. El egoísmo es el gran pecado capital de nuestra sociedad”.
El reportero confiesa que el reto de esta temporada era encontrar el enfoque correcto a cada uno de los pecados capitales. “En el capítulo sobre la pereza, lo fácil hubiera sido buscar vagos, es lo que se esperaría en otras televisiones, pero aquí lo llevamos al hastío, al cansancio vital y al abandono a uno mismo que lleva a la depresión. En España, hay 2,5 millones de personas que toman ansiolíticos, somos el país del Trankimazin. ¿Estamos tan deprimidos o es que hay una sobrediagnosticación de la depresión? El 80% de casos de depresión están mal diagnosticados, ahí hay un pecado de pereza porque estamos asumiendo que la depresión es algo bastante común”, apunta.
Otra de las entregas versa acerca de la envidia y cuenta con los testimonios de personajes tan dispares como Jorge Javier Vázquez o Julián Contreras Jr. Jon agradece al presentador de Sálvame que se prestase a todo sin poner problemas, mientras que del hijo de Carmina Ordoñez remarca que su entrevista es “a tumba abierta”. “Él reconoce que, aunque intenta salirse de la prensa del corazón, no lo consigue”, indica. Además de narrar su propia experiencia, Julián cuenta cómo es la dinámica del mundo de la prensa rosa, que, en palabras de Sistiaga, “se ha salvamizado”.
Además, el periodista avanza que las drogas protagonizarán la próxima temporada de Tabú, ya que, “empieza a haber un movimiento a favor de la despenalización a nivel mundial que está cambiando las tornas”. El comunicador también desvela que tiene un nuevo proyecto que sorprenderá y que se anunciará a principios de 2019. “Intento reinventarme cada cinco años, allá donde esté, aunque siempre manteniendo una cierta coherencia. Estoy muy bien donde estoy porque, para hacer lo que hago, el sitio perfecto es #0: no hay presión de audiencias ni de publicidad, me permiten elaborar una narrativa compleja…”, remata.
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