La presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, compareció ante los medios para hablar de la solución alcanzada sobre Gibraltar y cómo se había conseguido convencer a España de que levantase su veto al acuerdo de la salida del Reino Unido. De una forma muy natural, la lituana explicaba que habían utilizado el “truco” de “prometer”: “Normalmente tenemos algunos trucos, estoy bromeando: Prometimos prometer”. Y sobre si es cierto que España tendría un poder especial de veto sobre acuerdos futuros que pudieran afectar a Gibraltar, Grybauskaite afirmaba que ahora no, pero que “normalmente, cuando prometemos cumplimos tarde o temprano”.
There are at least four possible scenarios if Britain’s Parliament rejects the Brexit deal, which could include a “request for renegotiations,” Lithuania’s President Dalia Grybauskaite https://t.co/IUEL1ZX6a2 pic.twitter.com/huWcOo5Cf4
— Bloomberg (@business) 25 de noviembre de 2018
Estas palabras de la responsable lituana desmontaban la táctica comunicativa del Gobierno español y de su presidente, Pedro Sánchez, quien el sábado declaraba contar con una “triple garantía” por escrito de que las futuras negociaciones sobre Gibraltar tendrían que contar con el visto bueno de España y se mostraba dispuesto a dialogar ya sobre la cosoberanía de la colonia. Dichos escritos serían únicamente una carta del embajador británico ante la UE y dos declaraciones políticas que habrían sido publicadas en un anexo a las actas del encuentro del Consejo Europeo, por lo que realmente no tendrían valor jurídico. En definitiva, España tendría el mismo derecho a veto que el resto de países.
Así, en apenas 24 horas y una vez conocida toda la verdad, el papel de negociador de Sánchez quedaba en entredicho. Además, no sólo le llovían las habituales críticas de la oposición española desde las filas populares con Casado a la cabeza tachando de “cesión histórica” el acuerdo alcanzado sino que los mandatarios europeos veían en la actitud del Presidente del Gobierno un escollo en la toma de decisiones porque el ruido que ha hecho amenazando en varias ocasiones con un veto podría reflejar una falta de unidad clave en según qué negociaciones.
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