En la Tierra a viernes, noviembre 22, 2024

El Rey Juan Carlos se niega a adoptar la discreción exigida por Casa Real

El Rey emérito Juan Carlos I acudía el pasado domingo al Gran Premio de Abu Dabi de Fórmula 1 para presenciar la última carrera del español Fernando Alonso en la mejor competición automovilística del mundo. Hasta aquí, no habría nada más reseñable si se tiene en cuenta que el predecesor de Felipe VI siempre ha mostrado una gran devoción las competiciones de motor y su presencia ha sido habitual; además, cabe destacar su presencia en los podios de las pruebas celebradas en España y especialmente reseñable fue su actuación en el Gran Premio de Jerez en 2008 cuando prácticamente obligó a darse la mano a Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo, enemistados en aquel momento tanto dentro como fuera de la pista.

En todo caso, esto fue el pasado y ahora parece claro que debería guardar un perfil bajo o al menos no dar la opción a crear polémicas con imágenes como la que fue tomada el pasado domingo cuando saludó al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán; esta instantánea ha provocado diversos comentarios negativos entre la política española porque es considerado uno de los responsables del asesinato del periodista Jamal Khashoggi.

La aparición de la fotografía recibió críticas de partidos como Podemos o Ciudadanos, e incluso el Gobierno se desentendió de dar explicaciones, y ha obligado a actuar al equipo de comunicación de la Casa Real, quien probablemente estaría interesado en trabajar únicamente en la imagen de Felipe VI y no en apagar los fuegos generados por actores externos de la institución. Así, los portavoces de la Casa Real tuvieron que hablar con los medios y hacer comentarios como “desde Casa Real no hacemos ningún comentario sobre las actividades privadas de los miembros de la Casa” o “el saludo con el príncipe Salman es un saludo protocolario sin ninguna trascendencia institucional, sin ninguna reunión previa ni posterior, que se produce en la zona de autoridades del circuito”.

A través de estos comentarios se puede interpretar el malestar del equipo comunicativo de la institución con la actitud de una persona que todavía porta el título de rey y que puede provocar una crisis de reputación en la institución y de imagen contra el monarca Felipe VI, más si se tiene en consideración cómo en las últimas semanas ha tomado protagonismo incluso en la política española con la defensa ante la OTAN del papel de nuestro país en la organización.

 

A sus ochenta años, parece que la imagen y las actuaciones del Rey Juan Carlos distan mucho de las de su todavía mujer, la reina emérita Sofía. Ésta, alejada de los focos, parece no crear polémicas que pudieran trascender las páginas de la prensa rosa para situarse en la sección de política; esto, sin duda, agradecerá el rey Felipe VI puesto que el que sus padres ostenten todavía el título les mantiene como actores principales de la monarquía española y deberían comportarse como tal.

Seguiremos informando…

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