Ayer se daba a conocer que el patinete eléctrico ha causado ya una muerte en nuestro país. Fue en la localidad barcelonesa de Esplugues de Llobregat el pasado mes de agosto, cuando dos jóvenes a bordo de uno de estos dispositivos arrollaban a una mujer de 92 años. Al parecer, circulaban a unos treinta kilómetros por hora y el impacto provocó que la señora se golpease la cabeza contra el suelo. Ahora, el conductor se podría enfrentar a una acusación de homicidio imprudente y las empresas que se han sumado a este sector podrían ver peligrar su negocio.
Los patinetes eléctricos han inundado las calles de diversas ciudades españolas tras ser vistos como una buena opción de desplazamiento en sustitución del coche, pero este caso y las regulaciones llevadas a cabo por los ayuntamientos están minando el negocio. Uno de los primeros consistorios que actuó contra estos dispositivos fue el de Madrid, legislando sobre el espacio que pueden ocupar aparcados y mientras son utilizados por los usuarios.
Ahora es la Dirección General de Tráfico la que piensa entrar en el asunto, precisamente después de conocerse la primera muerte causada por un patinete. La DGT tiene en mente, a través de un real decreto, impedir que estos dispositivos puedan circular por la acera y limitar su velocidad máxima a 25 kilómetros por hora; además, se plantea incluir a sus usuarios entre aquellos conductores que estarían obligados a someterse a controles de drogas y alcoholemia si las autoridades lo requieren. Esta decisión sería general y afectaría a todas las ciudades españolas.
Todos estos factores pueden suponer un duro golpe para la industria del patinete eléctrico, que parece haber sufrido una saturación en apenas unos meses. Así, a las habituales empresas de alquiler a través de aplicaciones digitales se han sumado algunos fabricantes de automóviles para cubrir una cuota de mercado todavía por explorar y por explotar; por ejemplo, FIAT, Skoda o Peugeot ya han lanzado al mercado dispositivos de este tipo.
En todo caso, habrá que esperar acontecimientos para comprobar si la industria que se ha generado alrededor del patinete eléctricto ejerce fuerza sobre las instituciones para lograr una cuota de mercado que actualmente parecería estar destinada a las bicicletas, coches y ciclomotores compartidos, y que se puso en marcha como una gran alternativa al coche, pero que en los últimos meses está viendo minada su imagen a favor del peatón.
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