El Presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, volvió a acudir a un plató de televisión para enfrentarse a las cuestiones de un periodista. Fue anoche, en Telecinco, para enfrentarse a Pedro Piqueras en un encuentro que se anunciaba de improviso a primera hora de la mañana y que serviría para ofrecer sus primeras impresiones sobre los resultados de las elecciones de Andalucía.
La única comunicación que hizo el líder socialista tras los comicios fue el envío de un tweet en el que defendía un mensaje constitucionalista frente al impulso de fuerzas como Vox y la “Democracia frente al miedo”.Así, durante las 48 horas siguientes al cierre de los colegios electorales, Sánchez delegó toda la comunicación y las reacciones a sus compañeros de partido Susana Díaz y José Luis Ábalos en una estrategia que incluso provocó especulaciones sobre el futuro de la todavía presidenta de la Junta por las declaraciones de ambos. Su presencia en la cadena de Mediaset auguraba un gran anuncio como el fin de la era de Díaz al frente del PSOE en Andalucía o el anuncio definitivo de las elecciones generales, pero permitió a Sánchez contraatacar informativamente con el anuncio de la presentación de los Presupuestos Generales al Congreso.
Ante la crisis en Andalucía de los socialistas, que algunos achacan a la política de pactos desarrollada por Sánchez, el Presidente del Gobierno decidió desviar la actualidad informativa hacia unos presupuestos que tiene previsto aprobar en Consejo de Ministros y presentarlos ante la cámara en enero. Estas cuentas fueron consensuadas con Unidos Podemos y su líder, Pablo Iglesias, el pasado mes de octubre e incluían importantes medidas como la subida del salario mínimo, pero su validez quedó en papel mojado apenas unas jornadas después al comprobarse que algunos de los datos reflejados no se ajustaban a la realidad y el propio Eurogrupo mostró sus dudas sobre cómo manejaba el déficit.
Sin duda, el golpe de efecto con los presupuestos en uno de los informativos líderes y en pleno prime time ha permitido a Sánchez ganar tiempo para decidir qué pasará con sus dirigentes en Andalucía, una vez que los malos resultados pueden suponer una crítica a su propia persona, y en vista de si logra sacar adelante las cuentas generales poner una fecha a las elecciones generales que le favorezca ante una posible reelección.
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