El presidente de LaLiga, Javier Tebas, iniciaba la temporada 2018/19 con la intención de dar una vuelta de tuerca a la promoción de la competición y anunciaba la celebración de un partido de liga fuera de nuestras fronteras. Esta decisión, una de las más novedosas de la competición en los últimos años, intentaba copiar las medidas tomadas por otras grandes ligas como la NBA o la NFL; estas competiciones estadounidenses ya incluyen dentro de su calendario oficial la celebración de partidos en Europa y Asia. La decisión de esta medida se anunciaba apenas unas semanas antes de la celebración de la primera jornada de liga y chocaba de lleno con el sindicato de jugadores y la propia Federación Española comandada por Luis Rubiales, que desde un principio se negaban a a que se jugase ningún partido oficial fuera de España.
La decisión de Tebas fue anunciada sin haber decidido qué encuentro ni cuándo se celebraría lejos de nuestro país. Tras barajarse varias opciones, finalmente se optaba por el encuentro Girona-FC Barcelona tras conseguir una respuesta positiva de ambos equipos. A pesar de contar con el sí de los clubes catalanes, los detractores aumentaron e incluso se refirieron a la posibilidad de que Miami se convirtiese en el escenario perfecto para defender el procés independentista.
La medida de LaLiga fue denunciada en su momento por la Federación Española alegando que incumplía la normativa internacional y ayer se encontraba con la peor noticia que podía recibir, el rechazo del FC Barcelona a participar en el encuentro. El club blaugrana anunciaba esta decisión a través de un comunicado que dinamitaba la intención de LaLiga y lo hacía aludiendo a la falta de acuerdo entre todas las partes implicadas: “(El FC Barcelona) considera que mientras no se alcance un acuerdo entre todos los agentes implicados, este proyecto no podrá prosperar”. El equipo de comunicación de LaLiga respondía rápidamente al comunicado del FC Barcelona con otro comunicado en el que daba las gracias a ambos equipos “a ser pioneros en la intención voluntaria de jugar un partido de LaLiga fuera de España” y su intención de organizar un partido oficial en Estados Unidos “en el periodo más breve posible”.
Además, la entidad presidida por Javier Tebas aprovechaba la nota para continuar su ‘guerra’ con la Federación para lograr jugar un partido fuera de nuestras fronteras y declaraba que “LaLiga continuará con la demanda prevista para reclamar que se puede jugar un partido fuera de España, aunque retira la medida cautelar referente al partido concreto del 26 de enero. Seguiremos con la demanda puesto que la información y los hechos recabados acreditan que la postura de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no resultan conformes a Derecho”. El presidente de la RFEF, Luis Rubiales, declaró sentir “vergüenza ajena” al leer el comunicado, aunque en su participación en los medios de comunicación afirmó que la institución que preside está dispuesta a “unir posturas. Tenemos la capacidad de explotar alguno de nuestros partidos fuera de nuestras fronteras, pero ellos no quieren”.
Sin duda, la reputación de LaLiga se ve golpeada tras no poder cumplir uno de los objetivos más ambiciosos que se había marcado para esta temporada, fracaso que se cimenta en la imposibilidad de convencer a todos los actores implicados y que además ha provocado que el organismo desprenda una imagen autoritaria, poco negociadora y que pretende saltarse la normativa nacional e internacional. Además, la decisión del FC Barcelona y su forma de anunciarlo deja en evidencia la poca intención de los clubes de participar en un hecho que no ha sido consensuado y que no cuenta con el beneplácito de los organismos oficiales.
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