Es uno de los anuncios más esperados cada Navidad y por fin ya está aquí: Campofrío presenta ‘La tienda LOL’ (donde se compra el humor), un spot que reivindica, y defiende, a través de la sátira, cómo el humor no debería ser un bien de lujo, sino más bien de primera necesidad.
A la altura del de La Lotería, la vuelta a casa por Navidad de El Almendro o la felicitación de las burbujas de Freixenet, el spot de Campofrío se cuela cada Navidad entre lo más aceptado entre los ciudadanos, este año para hacer incapié en la polémica que desde hace un tiempo venimos teniendo en torno a dónde están los límites a la hora de hacer humor en nuestro país.{wbamp-show start}
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El spot, protagonizado por grandes humoristas de nuestro país como Silvia Abril, Enrique San Francisco, Belén Cuesta o David Broncano, acompañados por actores de la talla de Antonio de la Torre o el Langui, e incluso cuenta con un pequeño cameo del periodista Jaime Peñafiel (con guiño incluido a la monarquía) y un sentido homenaje al gran querido Chiquito de la Calzada, transcurre en una exclusiva tienda donde se venden chistes, bromas y gracias a precios escandalosos y a la altura de muy pocos bolsillos.
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Dirigido por el cineasta Daniel Sánchez Arévalo que ya en su día fue el encargado de dirigir la campaña ‘Hijos del entendimiento’ en 2016, este anuncio es un claro guiño a la época en la que vivimos donde hacer un chiste puede costar muy caro y tal vez desde esa perspectiva esta campaña, que hace pocas horas vio la luz, se ha convertido en todo un referente y que nos hace planterarlos algunas cuestiones como, ¿cuáles son los límites del humor? o ¿Por qué siempre hay un grupo de ‘ofendiditos’?
Una campaña ideada por la agencia McCann que, según ellos mismos explican, comenzó a ser ideada mucho antes de que saltara la polémica de Dani Mateo y su skecth ofensivo hacía la bandera española, pero que por motivos de la actualidad ha logrado darle un sentido especial a la grabación, apostando y dejando claro con este bonito homenaje cómo en ningún momento debemos perder el sentido del humor pues tiene cabida para todos.
