Este nuevo año que se nos viene encima traerá muchas sorpresas, esperemos que todas buenas.
He leído miles de editoriales en todas las redes, y todos dicen lo mismo pero de distintas formas, con prismas alejados pero que se juntan en un lugar común, común. El desinflamiento social, general y real es tan alto, que cualquier grupo de inconformistas puede hacer que se tambaleen las instituciones más estables de los estados europeos envejecidos. Maravillosos estados de bienestar y odio de BrExit, que están dispuestos a seleccionar a los migrantes por su formación, a los otros, los que no han podido estudiar que se jodan, haber ido a la escuela. ¡Justicia social europea! Los otros trabajos, los que hacen los negros, hispanos, chinos… esos, los harán robots.
Todo seguirá igual hasta julio, mes de viaje e introspección, de cambio craneal, aspectual, de posición de combinatoria. Tiene que llegar un verdadero revulsivo para que los seres humanos se den cuenta de que deben buscar la identidad propia para poder encontrar la de la familia, empresa, sociedad… Cuando nuestras células no son capaces de conectar con las de alrededor, se producen y proyectan los fracasos, y aparece la enfermedad. En estas nuevas sociedades acopladas a mirar al cielo en busca de respuesta… decía uno en Dominicana: ‘esperemos que llegue el bien superior de los americanos del norte para salvar nuestro país’. Sentado, no rendido; sentado está mi banco… lo único que les queda es el recurso para morir.
Aplicaremos la exceptio veritatis para todos los asuntos amañados en la desvergüenza social de años para unos, días para los de casa. Es incomprensible que enfermos de odio y muerte sean puestos en libertad porque lo dice: un juez de vigilancia que interpreta un código que le dice: Póngase en libertad; un grupo de educadores que nada pueden hacer por reeducar un cerebro enfermo y dañino, entrenado y preparado para volver a matar; una sociedad que vive de espaldas a la realidad hasta que nos llenan la vida de angustia, con resultado final: maltrato, miedo, horror, sin vivir, agresiones de todo tipo, desolación, incomprensión machista de juzgadores. Y todo esto unido a la RABIA que nos produce ver como en la justicia, en la que su gran mayoría son mujeres, sus más altos representantes son politiquillos prostáticos con prejuicios.
Y, seguiremos enterrando vidas, ilusiones, amores. Lloraremos por ellas, por sus hijos y los que no pudiero parir… ¿Por qué la política, los políticos, no responden a nada? Asesinos que demonizan el respeto y el amor por nuestras madres, compañeras, hijas, hermanas, MUJERES, MUJERES… Os amamos, respetamos, entendemos, admiramos, necesitamos. Y, todos los que sientan lo mismo que siento, debemos dar la cara, aún más, de forma irrefrenable, hay que parar esto, así no quiero vivir, en esta sociedad no quiero estar. Hay asesinos en la cárcel, y leyes que les protegen. ¿quién protege a las MUJERES? ¡Joder que estamos en el siglo XXI, y esto no tiene pinta de que vaya a terminar!
Feliz 2019 a:
Los que no se enteran.
Los que piensan que llegarán los de Orión a salvarles.
Los que creen en Papá Noel, o en su defecto en los Magos de Oriente.
Los seguidores de Trump y sus partidarios europeos aislacionistas.
Los que traen las pateras, será un buen año.
Los que dicen que la Acupuntura o la Homeopatía son alternativas de países tercermundistas.
Los que hacen programas de muchas horas defendiendo todo, y llegan a casa y se callan eternamente.
Los que piensan que es un asesinato eliminar a los asesinos confesos. NO es radicalidad, tiene que existir una ley de SE ACABÓ, NI UNA MÁS.
Los políticos que estarán entretenidos repartiendo nuestro esfuerzo para que todo se mantenga PEOR.
Creí que no iba a haber tantos a felicitar.
De momento me bajo a ver a los sometidos súbditos de la Gran Mosquee de Casablanca.
pedro aparicio pérez
editor de prnoticias.com
PeriodistO
