El alcalde de Valladolid y portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, Óscar Puente, comenzaba la semana en la picota debido a una entrevista a un diario en la que consideraba que buena parte de la culpa de los malos resultados electorales del partido en Andalucía pertenecía a la todavía presidenta de la Junta, Susana Díaz. Uno de los hombres cercanos en política a Pedro Sánchez lamentaba que la socialista hubiera decidido gobernar con Ciudadanos en lugar de con la izquierda, al tiempo que le achacaba el haber querido convertirse en secretaria general de la formación en una “maniobra de infausto recuerdo” para el partido.
Estas declaraciones fueron calificadas como “muy tristes” desde la dirección del PSOE en Andalucía, donde su secretario de Organización, Juan Cornejo, lamentaba además que ningún estamento de la formación hubiera “desautorizado” un mensaje que dejaba patente las guerras internas entre los socialistas con mensajes revanchistas y aludiendo a las estrategias tomadas a favor de la formación.
En todo caso, las declaraciones de Puente al Norte de Castilla no eran precisamente novedosas e incluso se podrían calificar como suaves si se comparan con lo que dijo hace ahora una semana en el canal 8 de Valladolid. En el mismo, participa semanalmente en un programa en directo para responder a las preguntas de los vecinos y, cuestionado sobre la situación en Andalucía, no dudó en relatar que “venimos de 38 años de gobierno, con todo lo que ello supone de hartazgo, de cansancio. Con un liderazgo debilitado porque la candidata que teníamos en Andalucía ha intentado ser secretaria general del partido”.
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Además, achacaba a Díaz que el votante socialista hubiera decidido quedarse en casa el dos de diciembre y dar la espalda a la formación: “A mí lo que me preocupa es que no me pase lo que le ha pasado a ella, que es que el votante socialista en Andalucía se ha quedado en su casa”. La actitud del portavoz de la Ejecutiva Federal deja a las claras la ausencia de una estrategia comunicativa unificada de cara al exterior para, interiormente, resolver todos los problemas que existan y da muestra de las guerras internas de una formación dividida todavía entre los que apoyan a Pedro Sánchez y los que consideran que sus estrategias no les favorecerán en el caso de celebración de elecciones generales.
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