La verdad cerró anoche sus puertas. La serie protagonizada por Elena Rivera y Jon Kortajarena finiquitó la segunda parte de su primera (y única) temporada tras firmar un 12,8% de cuota de pantalla y 1.851.000 espectadores de media durante sus 16 episodios, lo que la sitúa como la ficción menos exitosa de Telecinco desde Ella es tu padre.
Tras meses de incesante mareo y de promociones que anunciaban un inminente estreno que tardó (mucho) más de lo previsto en ver la luz, la cadena de Mediaset estrenó La verdad el pasado 21 de mayo con un 17,2% de share y 2.856.000 televidentes. Pero este buen primer dato fue un espejismo, ya que la ficción comenzó su cuesta abajo con el segundo episodio, que bajó hasta el 15,4% de cuota y 2.483.000 fieles.
El tercer capítulo continuó con esta tendencia, conformándose con un 13,3% de share y 2.102.000 espectadores, lo que supuso una pérdida de 3,9 puntos y 754.000 televidentes en solo dos semanas. Tras este acusado descenso de audiencia (solo logró rebasar la barrera de los dos millones de seguidores en sus cuatro primeros episodios), La verdad se estancó en torno al 11-12% de cuota, siendo incapaz de alcanzar el liderato. Finalmente, el drama cerró su primera tanda de episodios a mediados de julio promediando un 13,9% de share y 2.041.000 fieles.
La segunda parte de la serie, que llegó el 7 de noviembre, quedó severamente dañada por el parón: La verdad regresó con un 12,7% de cuota y 1.846.000 espectadores, lo que supuso uno de sus datos más bajos hasta el momento. Esa cifra, que en aquel entonces parecía un pequeño bache, se convirtió en la tónica general durante el resto de episodios.
La llegada de la recta final de la ficción no mejoró sus registros, sino todo lo contrario. Los cuatro últimos capítulos se convirtieron en los menos vistos de la serie, que alcanzó su mínimo histórico con decimotercer episodio (10,1% de share y 1.435.000 fieles). Sin ir más lejos, La verdad cerró su andadura por la parrilla de Telecinco con un 10,4% de cuota y 1.709.000 televidentes, lo que supone su segundo peor dato, algo bastante inusual tratándose de un episodio final.
También pasa desaparecibida en diferido
Este hecho ejemplifica a la perfección la progresión de la ficción durante estos últimos meses. La verdad es una serie que llegó a las pantallas herida de muerte por la inexplicable estrategia de promoción que siguió Telecinco, que confundió y cansó a los espectadores al jugar al escondite con ella, utilizando al drama como un arma arrojadiza contra sus rivales.
Además, el parón supuso la puntilla a una ficción cuya calidad no está acorde a los datos que ha cosechado. La verdad finalizó su segunda tanda de capítulos con un 11,6% de share y 1.657.000 espectadores de media, lo que supone un descenso de 2,3 puntos y 384.000 seguidores con respecto a la primera.
Por si fuera poco, la ficción tampoco ha funcionado en diferido y ninguno de sus capítulos ha conseguido colarse en el top 25 en los últimos meses, algo que sí han logrado espacios como Presunto culpable o Estoy vivo. En definitiva, la serie se ha convertido en un decálogo de malas decisiones de la que Paolo Vasile debe tomar nota porque, según el criterio que él mismo utilizó a la hora de medir el éxito de La casa de papel, La verdad ha sido un fracaso.
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