Según un estudio realizado por la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), junto a la Asociación Estadounidense del Ataque Cerebral (ASA, por sus siglas en inglés), las mujeres mayores de 50 años podrían estar expuestas a sufrir problemas cardíacos, cerebrales e incluso muerte prematura si ingieren dos o más bebidas endulzadas artificialmente al día.
La investigación ha determinado que los riesgos son más altos en las mujeres sin antecedentes de enfermedad cardíaca o diabetes, en las mujeres con obesidad y en mujeres afroamericanas. Las estadísticas indican que este segmento de la sociedad tiene un 31% más de probabilidades de tener un accedente cardiovascular coágico, un 29% más de probabilidad de padecer patologías cardíacas y un 16% más de probabilidad de fallecer por varias causas, a comparación de las mujeres que consumen bebidas dietéticas menos de una vez por semana o que no suelen tomar ningún tipo de bebida.
Los investigadores catalogan este estudio como observacional, ya que no puede exponer causa y efecto. Expresan que se les ha hecho imposible determinar si se debe a un edulcorante artificial especifico, un tipo de bebida o un inclusive un problema de salud que esté oculto.
El profesor asociado de epidemiología clínica y salud de la población en el Colegio de Medicina Albert Einstein en el Bronx, Nueva York, y principal autor de dicho estudio, Yasmin Mossavar-Rahmani, ha manifestado que esta investigación se ha centrado en el “accidente cerebrovascular isquémico y sus subtipos, uno de los cuales fue bloqueo de pequeños vasos”. A su juicio, considera que otro aspecto interesante del análisis es que “observamos quién es más vulnerable”.
A su vez, Mossavar-Rahmani recomienda que la población beba “más agua y bebidas naturales como infusiones de hierbas sin azúcar (…) No podemos irnos todo el día a beber refrescos de dieta. Cantidades ilimitadas no son inofensivas”.
Investigaciones previas han demostrado una relación entre las bebidas dietéticas y los accidentes cerebrovasculares, la diabetes tipo 2, la obesidad, la demencia y el síndrome metabólico, los cuales pueden originar enfermedades cardíacas y diabetes.
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