El Instituto DKV de la Vida Saludable ha publicado los resultados de su ‘I Estudio sobre bienestar y salud en la infancia’, donde resaltan alarmantes cifras relacionadas con el sobrepeso y la obesidad en niños españoles durante sus primeros 10 años de vida. Motivo que ha generado una preocupación constante en los padres de la población más joven del país.
Según el Estudio Aladino, revelado en el 2015, el 41% de los niños de España, entre 6 y 9 años, sufren diferentes tipos de obesidad, algunos de estos casos tienden a ser crónicos y dan paso a patologías como presión arterial alta, colesterol elevado, enfermedades cardiovasculares, diabetes, desequilibrio emocional, entre otros.
El psiquiatra experto en obesidad infantil del Instituto DKV, el Dr. Rafael Casas, ha explicado cuáles son las principales consecuencias emocionales y psicológicas que derivan de la obesidad infantil. A continuación enumeramos algunas de ellas:
1. Aislamiento y exclusión social: Este segmento de la población con sobrepeso tiende a ser rechazada o humillada por su entorno. Son víctimas de bullying por su apariencia por su círculo de amigos, profesores e incluso por algunos miembros familiares. Esto le imposibilita al niño relacionarse y hacer amistades durante su experiencia escolar.
2. Baja autoestima: Los niños con sobrepeso desarrollan una pobre imagen sobre ellos mismos, llegando a experimentar sensaciones de rechazo o inferioridad, por lo que suelen aislarse de su entorno.
3. Depresión: Las heridas emocionales son una de las delicadas de tratar según los expertos en materia de salud y más cuando han surgido de factores como la discriminación. Esto genera que el pequeño individuo presente conductas como la pérdida de autoestima, bajo rendimiento escolar, insatisfacción corporal y asilamiento, en conclusión: estado de depresión.
4. Trastornos de alimentación: Sentimientos como la tristeza o la ansiedad dejan como consecuencia un mayor consumo de alimentos por parte de los niños como medio de compensación ante las emociones mencionadas. La anorexia nerviosa y la bulimia son las más comunes entre la población estudiada.
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