Por Áurea Gómez, Directora de RRHH, Marketing y Comunicación de KONE Ibérica
Un informe presentado recientemente por Grant Thornton refleja cómo se ha reducido el número de empresas que no tiene ninguna mujer al mando hasta el 20%, algo que sitúa a España en el puesto 23 en liderazgo femenino, dentro de los 35 países analizados. El porcentaje a nivel mundial es del 24%, así que podemos interpretar que España está dando pequeños pasos adelante para avanzar en cuestión de igualdad empresarial.
Debemos trabajar con el firme objetivo, tanto hombres como mujeres, de que todos somos parte del problema, pero también de la solución. Estudios efectuados en países de la OCDE afirman que el aumento de la participación de las mujeres en el entorno laboral produce un crecimiento económico más rápido. Ayudemos por tanto a la economía de nuestro país, y hagámoslo aprovechando la energía, la formación y la profesionalidad de todas las mujeres que están deseando formar parte de ello.
Los beneficios de contar con políticas igualitarias dentro de una empresa son muy obvios. Éstas ayudan a atraer y retener el mejor talento, además de mejorar el clima laboral y la motivación de los equipos. Los empleados que conviven con la igualdad, y entienden desde sus comienzos que mujeres y hombres cuentan con las mismas oportunidades a la hora de acceder, participar y crecer dentro de sus empresas, trabajan con el convencimiento de que sólo su esfuerzo y profesionalidad serán lo que determine su futuro. Esto, en otras palabras, se traduce en motivación y competitividad sana, algo que es muy necesario para mantener el buen ritmo de trabajo en cualquier empresa.
Son muchas las acciones que el Gobierno y las empresas están poniendo en marcha para conseguir este objetivo, aunque la evolución esté resultando lenta, pero sobre todo debemos ser conscientes de que el cambio dentro de las empresas tiene que venir precisamente de las propias organizaciones. La igualdad, como cualquier otro valor en la vida, debe formar parte de nuestra educación desde el primer momento, algo que sea visto con normalidad y por tanto se imite en todos los ámbitos de la vida profesional.
Queda mucho por hacer para llegar a la igualdad real, y la carta en la que reconocemos que la discriminación existe, y es injusta, ya está encima de la mesa. Dice el último estudio realizado por ONU Mujeres sobre La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, que el reto más decisivo y urgente de este siglo es crear un mundo con mayor igualdad para las generaciones futuras, y no puedo estar más de acuerdo con esta afirmación. Debemos pensar en el mundo que vamos a dejar a nuestros hijos, y por ende, en las empresas a las que van a acceder en el futuro. Podemos hacer un gran trabajo en nuestros hogares, pero la realidad profesional la van a encontrar fuera de ellos, por eso es tan importante trabajar en la igualdad dentro de las empresas.
Todos tenemos un importante papel que jugar en las empresas para poner en marcha políticas que fomenten la igualdad y la conciliación entre el entorno laboral y el personal, y en ser el ejemplo para las generaciones futuras.