La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en marcha un cambio en su estructura con la finalidad de adaptarse a los nuevos tiempos, integrando todo lo que esto conlleva en diferentes áreas sociales, para así crear un impacto medible de sus políticas en pro de salud de la población mundial.
El organismo ha decidido adquirir una nueva estructura y un nuevo modelo operativo para lograr sincronizar el trabajo realizado en la sede principal, las oficinas regionales y las oficinas ubicadas en diferentes países. Esta reestructuración ha iniciado por el fortalecimiento de su trabajo normativo, el cual será respaldado por una nueva División de Científicos Principales.
De igual manera, la organización mencionada se unirá por completo al mundo de las nuevas tecnologías con la creación del Departamento de Salud Digital, que busca apoyar a los piases para que evalúen, regulen y saquen provecho de los beneficios que ofrecen las tecnologías digitales en el área sanitaria.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha expresado que los cambios realizados van más allá de ser nuevas estructuras, “se trata de cambiar el ADN de la organización para generar un impacto medible en las vidas de las personas a las que servimos (…) El mundo ha cambiado, por lo que hemos articulado una nueva declaración de objetivos para lo que el mundo necesita que hagamos ahora: promover la salud, mantener el mundo seguro y ayudar a los colectivos más vulnerables”.
Áreas como la Nueva División de Datos, Análisis y Entrega, que se plantea como objetivo recopilar, almacenar, analizar y administrar datos para promover el cambio de políticas sanitarias en los países; la Academia de la OMS, una escuela que brindará oportunidades de aprendizaje para los profesionales que ejercen en cualquier área del sector de la salud; y la División de Preparación para Emergencias, que surge para complementar la respuesta de emergencia del organismo ante hechos que pongan en riesgo la salud de la población.
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