La compañía estadounidense Boeing se enfrenta estos días a la crisis más importante desde su nacimiento a principios del siglo XX. Los dos accidentes en los que se ha visto involucrado el recién estrenado modelo 737MAX, en Indonesia (189 fallecidos) y en Etiopía (157 fallecidos), han golpeado no sólo económicamente a la empresa, que ya ha perdido más de treinta mil millones en la bolsa, sino a su reputación en el sector y entre los usuarios.
Actualmente, se desconoce qué le costará más recuperar a Boeing. A nivel reputacional, se ha encontrado con una prohibición en Europa y China, entre otras zonas, de utilizar este modelo y con miles de viajeros investigando los modelos de las aviones que van a coger. Cabe destacar que, entre las aerolíneas españolas, únicamente Air Europa ha encargado una veintena de aeronaves del modelo 737 MAX8, aunque todavía no ha podido hacer uso de las mismas.
La estrategia de la compañía para intentar encajar el golpe se ha reducido a la emisión de diversos comunicados con los que calmar los ánimos de los usuarios y las aerolíneas; en todo caso, ha logrado un aliado de renombre con el que enviar un mensaje de tranquilidad. Estados Unidos no ha prohibido el uso de estos modelos y la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos ha relatado que no ha encontrado evidencias de “problemas sistémicos de rendimiento”.
En relación al 737 MAX, el fabricante estadounidense emitió un comunicado en el que se mostró comprensivo con las decisiones tomadas por las instituciones regulatorias, aunque recalcó tener “plena confianza en la seguridad del 737 MAX”. Al mismo tiempo, la firma ha indicado su compromiso de proveer toda la información necesaria a las autoridades para fortalecer su confianza en la compañía; además, han apoyado su discurso en la opinión de la FAA.
El presidente estadounidense, Donald Trump, no ha perdido tampoco la oportunidad de opinar sobre el asunto y ha señalado la complejidad de los sistemas utilizados actualmente en las aeronaves indicando que “muchas veces lo viejo y simple es mejor”, y algunos profesionales de la aviación han señalado que el sistema de control MCAS podría haber provocado los accidentes, a lo que también ha respondido la compañía.
A través de otro comunicado, Boeing ha hecho un ejercicio de transparencia ante los usuarios explicando para qué sirve el MCAS, por qué se instaló en el modelo 737 MAX, cómo funciona y cómo puede gestionar su uso el piloto. Asimismo, ha relatado que lleva trabajando varios meses en la actualización de este software, desde el accidente en Indonesia, y que en las próximas semanas será implementado en las aeronaves.
Este ejercicio de transparencia no ha calmado a los usuarios, que han acusado a la compañía de jugar con sus vidas por no bajar a tierra todas las aeronaves, ni para los profesionales, que han indicado que la formación ofrecida a los pilotos de actualización del modelo es escasa y que la compañía no ha actualizado los manuales de vuelo. Hasta el momento, la firma estadounidense no ha querido exponer a los medios de comunicación a ningún portavoz ni ejecutivo, y la intención será esperar la conclusión de las investigaciones de los accidentes para tomar una decisión sobre la fiabilidad del modelo.
Además, la aerolínea Norwegian ha sido una de las primeras aerolíneas en actuar para defender su imagen y ha tomado dos decisiones que pueden considerarse clave. La primera, dejar de utilizar el modelo señalado en todas sus rutas, no solo en aquellas que zonas donde se ha registrado una restricción; al mismo tiempo, en el comunicado emitido, la firma señalaba contar en su flota con 110 unidades del Boeing 737-800 recalcando que éste no se ve afectado por la suspensión temporal.
Léelo todo aquí » https://t.co/w3Jq9PcHQF (y 5).
— Norwegian (@Norwegian_ES) 12 de marzo de 2019
La otra gran decisión tomada por la empresa nórdica ha sido anunciar que reclamará a Boeing una indemnización por la inmovilización de sus aeronaves. Los noruegos han sido los primeros en exigir una compensación económica tras verse afectados directamente por la crisis de Boeing.
Los miembros de Boeing no han respondido a esta petición que, de extenderse entre las alrededor de treinta aerolíneas afectadas, podría provocar un agujero en las cuentas de la compañía.
La comunicación en Europa, en manos de Chantal Dorange
La directora de comunicación corporativa para Europa, Oriente Próximo y África de Boeing es Chantal Dorange desde el año 2008. Dorange trabaja para la firma estadounidense desde el año 2002, cuando se incorporó a la sede de Madrid para gestionar la comunicación en España y el centro-este de Europa.
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