Este viernes, Enrique Urbizu se despide de la familia Guerrero. Movistar+ estrena la segunda y última temporada de Gigantes, la serie que el director ha comandado durante doce episodios y, con motivo del lanzamiento de la ficción, el vasco charla con prnoticias sobre la guerra entre las nuevas plataformas y los cines, la podredumbre de la sociedad y la obligación que tiene el sector audiovisual de mostrar las entrañas del sistema.
En esta segunda temporada, la familia Guerrero deberá afrontar una nueva oleada de problemas, algo para lo cual el clan “tiene método propio”. “Tomás está preparando la fuga porque quiere desaparecer, es su única opción de supervivencia; Daniel es un suicida y un cafre y no está por la labor de desaparecer; y Clemente volverá a fracasar en su intento de ser normal y acabará cruzando una línea sin retorno”, repasa.
Esta tanda de episodios fue confirmada antes de la emisión de la primera temporada. “Eso te da una idea de la confianza que tiene la cadena en tu trabajo”, indica Urbizu, que revela que “la segunda temporada nunca dependió de lo que pasara con la primera: el séptimo y el octavo capítulo ya estaban escritos. Fue concebida para que acabase en el decimosegundo episodio, tenía esa ambición”.
Ante la posibilidad de que la plataforma pudiese echar marcha atrás y aprobar una nueva temporada, Urbizu decidió rodar un final alternativo más abierto: “Hicimos un poco el gamberro, fue casi por lujo. Rodamos una cosa muy divertida por si acaso, espero que algún día se pueda poner en un extra pero está muy bien acabada como está”.
Con respecto al terreno interpretativo, el director apunta a que “ha sido un festival, he descubierto a gente con la que nunca había trabajado”. En concreto, Urbizu señala a Yolanda Torosio, que interpreta a Sol en la ficción: “Me parece portentosa, es un milagro de fotogenia, de fuerza y de raza, es un ángel de persona”.
“Esto es un oficio ético y moral, happy ends los justos”
“Gigantes enseña los flecos de lo podrido que está el sistema, es una pincelada de lo negro que lo tenemos”, asevera el cineasta, que muestra su desconfianza con la situación sociopolítica actual: “Los ciudadanos del mundo empezamos a dudar del espejismo de la democracia con un gran escepticismo y eso es muy peligroso”.
“A nivel mundial, la grieta entre riqueza concentrada y pobreza extrema cada vez es mayor y eso, tarde o temprano, acabará petando. Todo esto es muy desesperanzador y los políticos ya no saben inventarse algo que nos infunda no ya esperanza de cambio, sino espejismo Constatamos a diario que las decisiones las toman los estamentos financieros y, tras esta crisis, vendrá otra”, añade.
Ante la duda de si el sector audiovisual tiene la obligación de mostrar a la audiencia los vericuetos del sistema, Urbizu es claro y contundente: “Por supuesto, esto es un oficio ético y moral. Hay una frase de Luis Buñuel que me encanta: ‘Las películas, aparte del obvio entretenimiento, deben aspirar a contar que este no es el mejor de los mundos posibles’. Hay que pasárselo bien pero no seamos gilipollas, happy ends los justos”.
Para terminar, el director ofrece su opinión acerca de si la proliferación de plataformas de streaming han democratizado el acceso a la cultura o si, por el contrario, han contribuido al aumento de la mediocridad en el sector: “La facilidad está sobrevalorada, nunca ha educado bien. Las cosas fáciles no son necesariamente buenas. La imagen se construye, tiene un sentido y un contexto: una película es un texto audiovisual con una estructura y una forma decidida e intencionada, no es inocente, no es ‘ponte y lo ruedo’, que es lo que nos interesa creer que es y que es la causa de la gran analfabetización que sufrimos. Los jóvenes consumen audiovisuales desde pequeños pero nadie les enseña Audiovisuales”.
“¿Puedes ver Tarkovski en tu móvil en el metro? Efectivamente, pero, ¿realmente estás viendo a Tarkovski en tu móvil en el metro? No. ¿Puedes ver una reproducción de Las Meninas en tu móvil? Sí, pero plántate delante del cuadro y descubrirás que no es lo mismo. Que la gente lo vea por como quiera pero ver no es solo mirar”, remata.
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