La compañía Telefónica ha vuelto a aprovechar el liderazgo de su presidente, José María Álvarez-Pallete, para comunicar a sus stakeholders las perspectivas de futuro de la empresa. Así, la estrategia ha sido remitir una carta firmada por Pallete junto al último balance del ejercicio.
En la misiva del CEO, se hace un análisis del último año indicando que “2018 ha sido el año en que hemos cruzado el ecuador de la transformación de Telefónica” y mira al futuro haciendo un claro contraste del pasado de la empresa: “Hoy ya estamos más cerca de ser la compañía que queremos ser que de la compañía de voz que orgullosamente fuimos”.
Pallete no sólo se ha referido al pasado o al futuro próximos sino que ha puesto sobre la mesa los planes a largo plazo de la tecnológica. Así, ha indicado que la estrategia definida está planteada “para los próximos 20 o 30 años”, tiempo durante el cual Telefónica aspira a “brindar los nuevos servicios digitales que demandan los clientes” convirtiéndose en la primera opción de usuarios y profesionales.
El presidente ha destacado los pasos que se han ido dando en pos de lograr los objetivos marcados, como obtener la confianza de los grupos de interés o el aunar a un equipo humano cada vez más diverso y capacitado, con nuevas habilidades comerciales y tecnológicas. Esto, unido a un cambio en la filosofía de empresa en la que la remuneración variable estará “ligada a factores como la confianza del cliente, la confianza de la sociedad, la igualdad de género y el cambio climático”.
La fortaleza de la marca
José María Álvarez-Pallete no se ha dejado en el camino destacar que “Telefónica es hoy considerablemente más fuerte que hace 3 años” y, respecto al plano económico, ha indicado que “crecen los ingresos, y hemos pasado a ser un negocio de datos, que ya suponen el 53% de las ventas. También aumentan el resultado operativo y el beneficio neto, este último por tercer año consecutivo y en un 6,4%, hasta superar los 3.300 millones de euros, con unos márgenes que son referencia en el sector”.
Además, ha destacado que Telefónica ha invertido 82.000 millones de euros desde 2012 y que esta inversión ha permitido que la compañía sea cada vez más digital: “El 65% de nuestros procesos están ya digitalizados […] Dentro de poco habrá 100.000 millones de personas y cosas conectadas. El tráfico de datos va a aumentar de forma exponencial. Las infraestructuras son el corazón de esta transformación y habla de la relevancia de nuestras redes”.
Así, ha recalcado la importancia de Telefónica en el futuro próximo: “Se abre un mundo de oportunidades para Telefónica. Se necesitarán redes aún más rápidas, más capaces, más seguras, más simples, con menor latencia y más inteligentes”.
De esta forma, los responsables de Telefónica han vuelto a utilizar a su presidente como punto de partida del envío de mensajes estratégicos para la compañía y su marca.
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