En la Tierra a sábado, noviembre 23, 2024

¿Qué es y cómo se realiza la cirugía para el síndrome del escaparate?

La estenosis de canal lumbar es la disminución de los diámetros del canal lumbar en donde se encuentran la parte final de la médula espinal y por el que transcurren los nervios, a través de la columna vertebral, responsables del movimiento en los miembros inferiores y del control de esfínteres. Este estrechamiento provoca que, cuando la columna se mueve, las raíces son comprimidas produciendo una dificultad en su irrigación y en su funcionamiento. Como consecuencia, la persona que sufre esta enfermedad presenta dolor lumbar en las piernas y los trastornos sensitivos en forma de hormigueo y sensación de pérdida de fuerza al caminar apenas 100 metros, lo que le obliga a detenerse.

Por ello, se denomina síndrome del escaparate, ya que el paciente se tiene que parar unos minutos para que desaparezcan los síntomas. Esta patología degenerativa empieza a la edad de 45 años. Se trata de un proceso muy frecuente y el 95% de los varones y el 80% de las mujeres de más de 65 años presentan estenosis de canal clínica o radiológicamente. El tratamiento actual para corregir la estenosis de canal o síndrome del escaparate, es una cirugía mínimamente invasiva que dura aproximadamente 30 minutos.

El doctor Francisco Villarejo, jefe de servicio de Neurocirugía del Hospital La Luz, explica que se trata de colocar un dispositivo interespinoso de forma de U o W de titanio, que va abriendo poco a poco el canal y el conducto por donde pasan los nervios hasta revertir la compresión que produce el dolor, logrando la desaparición de los síntomas en el 90% de los casos.

La intervención se realiza con anestesia general. El paciente es dado de alta a las 24 o 48 horas y a las dos semanas puede hacer vida normal. Según el Dr. Francisco Villarejo, “este proceso poco invasivo para corregir el síndrome del escaparate está indicado en aquellos pacientes en los que los tratamientos conservadores han fracasado o en los que presentan dificultad al caminar”.
En el resto, el tratamiento es quirúrgico, mediante técnicas microquirúrgicas y recalibrado de la columna lumbar.

Este cuadro clínico es muy similar al que presentan los pacientes con problemas vasculares isquémicos en las piernas (mala circulación periférica), por lo que hay que hacer un diagnóstico diferencial entre ellas. La claudicación de origen vascular presenta un cuadro parecido pero “la parada” se produce siempre por dolor localizado a nivel de los gemelos y en la exploración se constata con facilidad el déficit circulatorio distal y suelen ser fumadores.

 

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