Las desavenencias entre Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol y Jaume Roures, presidente de Mediapro, están más expuestas que nunca después de que se hayan adjudicado los derechos del VAR en España a la compañía Hawk-Eye Innovations Limited para la temporada 2019-2020. La RFEF ha descartado, una vez más, a Roures y ha optado por la misma empresa a la que la FIFA adjudicó el Mundial de 2018 en Rusia.
Como era de esperar, la decisión no ha convencido al empresario catalán que ha tardado poco tiempo en anunciar que impugnará la decisión de la RFEF en los tribunales. Mediapro ha emitido un comunicado asegurando que “considera que las bases del concurso beneficiaban especialmente a uno de los ofertantes, de manera que era irrelevante la oferta económica y la calidad de los aspectos técnicos”.
Mediapro considera también que las bases de este concurso se basan en criterios subjetivos que “adjudicaban de antemano el contrato” y que tal práctica contradice la doctrina de la CNMC. Desde la empresa de Roures, insisten en haber sido los responsables de los servicios del VAR durante esta última temporada en primera división y en la Copa del Rey, sin haber protagonizado ningún incidente técnico. Además, añade, que también está en condiciones de prestar servicios no sólo a estas competiciones, sino también a la segunda división.
Otro de los argumentos que Mediapro alega para defender su candidatura a adquirir los derechos del VAR en España para la nueva temporada, es el hecho de que ya preste este tipo de servicios en 16 competiciones en todo el mundo entre los que se encuentran Grecia y Brasil.
Litigios pendientes entre Mediapro y la RFEF
La guerra entre Roures y Rubiales vive un nuevo capítulo pocos días después de que el empresario catalán anunciase medidas legales contra el organismo al acusar a la empresa que dirige de aceptar sobornos y alegar este convencimiento para apartarlos de cualquier proceso de adjudicación de derechos que dependa de la RFEF.
Lo hizo coincidiendo con la polémica surgida por la adjudicación de los derechos de la final de la Copa del Rey que ha enfrentado a Barça y Valencia. Pocos días antes de disputarse el encuentro, la justicia dio la razón a Mediapro y obligó a la RFEF readmitir a la empresa de Roures, tras apartarla de la puja sin motivos justificados. Finalmente, Rubiales ganó el pulso, y adjudicó los derechos de ese partido a RTVE descartando las ofertas de Mediaset y Mediapro.
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