En la actualidad nadie concibe la posibilidad de fumar en un restaurante. Todos asumimos la normativa de prohibición del tabaco por sus efectos nocivos sobre la salud. De igual manera, en los restaurantes, se vigilan las características higiénicas de los alimentos y también es obligado informar de la presencia de alérgenos, aun cuando la proporción de personas con alergias no sea demasiado grande.
Pero, ¿qué hay de las características nutricionales de los platos que sirven los restaurantes? ¿Puede una persona con diabetes, obesidad o enfermedades del corazón, hacer una dieta adecuada en la mayoría de los restaurantes? ¿Se pueden encontrar en la carta platos que no sean perjudiciales para su salud? Incluso una persona sin ninguno de estos padecimientos, ¿puede hacer una dieta sana en muchos restaurantes? Todas estas situaciones son más frecuentes en la población general que las alergias y, sin embargo, no se les presta la debida atención, algo que se torna tanto más grave cuando son muchas las personas que se ven obligadas a comer habitualmente fuera de casa.
De acuerdo al doctor Gonzalo Martín Peña, jefe de la Unidad de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ruber Internacional, muchos restaurantes tienen en sus cartas primeros platos, que en una dieta normal, serían considerados más bien segundos; en la carta no disponen, por ejemplo, de una ensalada sencilla que consista sólo en verduras y hortalizas. Es raro encontrar una legumbre como primer plato y menos como segundo.
“En los segundos platos, afortunadamente, es más factible que casi siempre haya algún pescado, aunque una preparación sencilla a la plancha ya es menos frecuente, pero en los postres es excepcional ver fruta. A veces encontramos algún sorbete pero casi siempre hay un buen surtido de tartas ricas en azúcares, harinas refinadas, grasas saturadas, lo más perjudicial para una persona con obesidad o diabetes”, afirma Martín Peña.
Este especialista se queja del pan, “muchos restaurantes no ofrecen auténtico pan integral, más saludable que el pan blanco, y con frecuencia el pan está poco cocido o crudo, lo que lo hace indigesto o mal tolerado por las personas sensibles al gluten”.
Es más, cuanto más sofisticado y caro sea el restaurante,- continua el doctor Gonzalo Martín Peña-, más difícil resultará encontrar platos saludables y muchas veces será más fácil hacer una dieta saludable con un menús de 12 euros de bares y restaurantes modestos que en los establecimientos de varios tenedores.
“Dada la elevada prevalencia de obesidad, diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares en la población general y el aumento de la incidencia de obesidad y diabetes en los últimos tiempos, se debería facilitar que cualquier persona con alguno de estos padecimientos pueda hacer una dieta adecuada fuera de su casa, especialmente cuando los platos saludables que faltan en los restaurantes – ensaladas sencillas, legumbre y fruta -, no son caros ni difíciles de preparar”, subraya Martín Peña.
Para este experto, de la misma forma que se regulan las normas higiénicas de preparación de alimentos, o se suministra información sobre alérgenos, también se deberían regular mínimamente la “calidad nutricional” de los platos y las cartas de los restaurantes, que tendrían que necesariamente incluir opciones más saludables en cada uno de sus apartados para facilitar la dieta de muchas personas que, por razones de salud, deben vigilar los alimentos que consumen.