Las complicaciones y emergencias obstétricas, tales como la hemorragia postparto y la distocia de hombros, conllevan situaciones de alto riesgo para la madre y el feto que requieren de una rápida y adecuada toma de decisiones por parte de todos los profesionales del bloque obstétrico, que incluye paritorio y Urgencias de Ginecología y Obstetricia.
Por ello, y con el objetivo de actuar lo más rápida y eficazmente posible en situaciones poco frecuentes y de activar adecuadamente los circuitos idóneos para ello, el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, integrado en la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, celebró recientemente su III Curso de simulación en emergencias obstétricas para formar a sus profesionales en esta materia.
La Dra. Rosario Noguero, jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del centro, incide en la importancia de que todo el personal del bloque obstétrico -auxiliares clínicas, matronas, ginecólogos y obstetras- participe en simulaciones y aprenda las mejores técnicas de comunicación, argumentando que “hay que estar preparado para actuar lo más rápido posible a fin de evitar males mayores como puede ser, incluso, la mortalidad materna y la del bebé”.
La formación en emergencias obstétricas, en equipo y multidisciplinar
En este mismo sentido, la Dra. Rosa Nogales, jefa asociada del mismo servicio, pone de relieve la idoneidad de la simulación como herramienta de aprendizaje, ya que las actividades se ponen en práctica con actores, “permitiendo así evitar que el primer contacto con una situación de emergencia obstétrica poco frecuente sea con el propio paciente real”.
Es fundamental que la simulación en educación clínica sea un entrenamiento multidisciplinar, en equipo, en el que cada uno de los profesionales actúe en el papel que desempeña normalmente; de este modo se mejoran las habilidades individuales y grupales en estas situaciones. Así, esta especialista señala que “durante el curso se dieron cuatro escenarios simulados, en los que participaron un obstetra, dos matronas y un auxiliar, que representa la mitad del equipo medio que puede haber en una guardia”.
Por otra parte, en la sala de partos, los errores en la comunicación pueden derivar en situaciones problemáticas, pero también evitables. Por ello, los profesionales se han formado a través de la simulación en los principios de Crisis Resource Management (CRM) y en el método SBAR, que consiste en “dar la información de manera ordenada, clara y concisa para contar con toda la disponible en el menor tiempo posible”, explica la jefa asociada del Servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital.
SBAR, por sus siglas en inglés, significa Situation (situación inicial del paciente, motivo por el que se va a la consulta), Background (información clínica de fondo), Assessment (evaluación, signos y síntomas) y Recommendation (recomendación, solicitud de una instrucción de otro profesional). Esta comunicación en círculo cerrado tiene en cuenta los conceptos de seguridad del paciente e implica que cuando alguien dé una orden tenga una respuesta inmediata. Además, apostilla la Dra. Nogales, “no solo sirve para las emergencias, sino también para una guardia y para resolver cualquier problema relativo al paciente”.
El Rey Juan Carlos, referente en emergencias obstétricas
Fiel a su compromiso con la formación de los profesionales y al cumplimiento de los estándares de calidad, el Servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital lleva a cabo desde hace ya varios años simulacros en situaciones de urgencia, como cesáreas emergentes, para poner en práctica la rápida actuación de todos los profesionales implicados y, tal y como comenta la Dra. Noguero, “cada cierto tiempo, y sin previo aviso, haremos un simulacro de una situación de urgencias para poner en práctica los conocimientos adquiridos en estas jornadas formativas”.
Ello permitirá, además, seguir optimizando su asistencia en este ámbito, que ya ha sido reconocida en el pasado: en 2018, el citado servicio del Hospital Universitario Rey Juan Carlos fue distinguido por la Comunidad de Madrid con un reconocimiento por “Buena Práctica en el Observatorio de Hospitales” por su Protocolo de estandarización en cesáreas programadas y urgentes, que incluye la cesárea emergente.