El 19 de junio de 2014, la corona española cambiaba de manos y Felipe VI era proclamado Rey tras la abdicación de su padre. La última etapa de Juan Carlos I al frente del país había dejado un mal sabor de boca de su labor al frente de la jefatura del estado debido a los diversos escándalos que había protagonizado, como el episodio de la caza de elefantes en África por el que incluso tuvo que aparecer frente a las cámaras para pedir perdón.
Así, Felipe VI recogió el testigo en un momento en el que la monarquía española era vista con recelo por buena parte de la ciudadanía y con un grado de reputación lejano de su mejor versión. Uno de los primeros movimientos que se produjeron en la corona española fue la eliminación de los ‘agregados’ del término Familia Real; así, desde que el nuevo monarca fuera proclamado, sus hermanas dejaban de formar parte de la denominada Familia Real.
De esta forma, la simplificación de la institución al rey, la reina, los monarcas eméritos y las nuevas infantas permitían un mayor control sobre todos sus actores dejaban de lado, fuera del círculo, a otros protagonistas como el ya exduque Iñaki Urdangarín, actualmente en prisión.
Otras de las decisiones del monarca fue imponer uno de los términos que, desde antes de su llegada, ya exigía la ciudadanía: Transparencia. Los últimos casos de Juan Carlos I habían puesto sobre la mesa el oscurantismo existente en una institución soportada por todos los españoles y Felipe VI apostó por ‘actualizar’ la corona e imponer la transparencia como un símbolo de su reinado.
De esta forma, la Familia Real comenzó a auditar y hacer públicas todas sus cuentas, desde las retribuciones de sus miembros hasta los regalos que recibían, que son entregados directamente a Patrimonio Nacional por la prohibición existente de poder recogerlos. Asimismo, se sometió a la Ley de Transparencia, que permite a cualquier ciudadano hacer consultas sobre la institución y conocer todos los detalles relativos al gobierno de la Casa Real.
Aparición tras el 1-O
Una de las grandes actuaciones de peso realizadas por Felipe VI durante este lustro fue tras el referéndum catalán del uno de octubre de 2017. Ante la grave deriva que habían tomado los acontecimientos vividos en Cataluña, en el último episodio de la explosión del movimiento independentista, el monarca apostó por abanderar la defensa de la Constitución en prime time.
En su discurso, recordó a los dirigentes catalanes que “con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado”, al tiempo que envió a todos los españoles “un mensaje de tranquilidad, de confianza y, también, de esperanza”.
Un debe, el acercamiento a los medios
Si bien una de sus primeras decisiones de su mandato fue acercarse a la ciudadanía, e incluso ampliar el rango de representantes sociales que acuden a los actos oficiales, todavía no ha logrado acercarse tanto a los medios de comunicación y diversas voces solicitan ya un cambio en su política de comunicación para derrumbar esa barrera invisible que le separaría de los informadores.
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