El caso de la joven Inés ha saltado a los medios de comunicación después de que su familia denunciase el tratamiento que había recibido en un campamento de verano tras señalar otros menores que no querian convivir con ella. El asunto ha obligado a la firma responsable de la organización de dichas actividades, Diverbo, a realizar diversas actuaciones a nivel comunicativo, pero su imagen ha quedado seriamente dañada entre la opinión pública.
La madre de Inés, Carolina Gómez, ha contado su experiencia en diversos medios de comunicación y cómo gestionó el campamento las quejas recibidas contra su hija. Así, ha relatado en La Brujula que, antes de formalizar la inscripción, se preocuparon en informarse sobre si iba a estar bien atendida, aunque ha señalado que la experiencia ha sido finalmente traumática para la menor.
Así, Gómez ha reseñado que su hija siente que “la culpa es suya porque no es normal“, al tiempo que ha criticado no sólo la actuación del campamento sino de los familiares del resto de jóvenes inscritos en el campamento: “el coordinador del campamento me dijo que el resto de padre decían que sus hijas tenían el derecho de pasar un verano sin este tipo de niñas“.
La denuncia de los progenitores de Inés en los medios de comunicación ha obligado a Diverbo a pronunciarse e intentar defenderse de los comentarios negativos en las redes sociales. La empresa se aventuró a emitir un comunicado y, posteriormente, su cofundador Juan Carlos Medina también compareció en el mismo programa radiofónico para dar su versión de los hechos.
Antes de dar explicaciones, Medina ha lamentado “profundamente lo que está pasando en este caso, estoy compungido y triste por el sentido que se está dando a esto”. Tras explicar que, en años anteriores, el campamento sí que había logrado llevar a cabo esa función integradora, el responsable de Diverbo señalaba: “me duele escuchar que nosotros hemos expulsado a nadie de un campamento y menos, por supuesto, por esta razón. Hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos, quizás no lo hemos hecho bien y tendremos que modificar algo porque yo no quiero que vuelva a suceder un caso parecido”.
“Asumo la culpa”
Tras considerar que quizás la empresa debería trabajar junto con alguna asociación para mejorar los protocolos de actuación, Medina indicaba que “en este caso, no hemos sabido hacerlo mejor. Asumo la culpa, evidentemente, porque algo hemos hecho mal […] lo analizaremos con tiempo para que no vuelva a suceder, pero ofrecimos lo que teníamos en ese momento en nuestras manos. Si esto no era bastante para la madre, y yo entiendo que no pueda ser bastante, la otra alternativa que tenía era llevarse a la niña. Nosotros no le dijimos que estaba expulsada”.
La compañía también ha emitido un comunicado en las redes sociales cuyo principal objetivo era recalcar que “no ha discriminado ni expulsado a la niña que ha dejado nuestro campamento”. Además de lamentar la situación que se ha producido, se han mostrado “convencidos de que siempre es posible mejorar para evitar que vuelvan a producirse incidencias de este tipo”.
Explicaciones que llegan tarde y sin repercusión, pero sobre todo claramente insuficientes.
Dejando de lado el daño hecho a la niña y a la familia ¿sois conscientes del daño hecho a vuestra propia empresa?— Mónica Garrido (@nikacanika) 2 de julio de 2019
Cabe destacar que la propia red social Facebook ha suspendido las valoraciones de la página de la empresa tras el alto número de opiniones publicadas tras la exposición del caso en los medios de comunicación.
Seguiremos informando…