En la Tierra a martes, diciembre 17, 2024

¿Cuál es la principal recomendación para las embarazadas que sospechen haberse infectado por la listeriosis?

La listeriosis es una infección grave producida por una bacteria intracelular denominada Listeria monocytógenes y se encuentra en el medio ambiente (tierra y agua). Puede detectarse también en una variedad de alimentos crudos, procesados y fabricados con leche no pausterizada así como en mariscos sin cocción. Los síntomas de la enfermedad varían y pueden ser leves, como fiebre, escalofríos, vómitos o diarreas, cuadros similares a otras infecciones trasmitidas por alimentos, o infecciones más graves como meningitis y septicemia, entre otras potencialmente mortales.

Son más susceptibles a la infección las personas con un sistema inmunológico debilitado o más bajo de lo normal, esto es, mujeres embarazadas, ancianos o recién nacidos.

Ante el brote de listeria registrado en España, una treintena de mujeres embarazadas están afectadas por esta enfermedad pudiendo causar una afección grave que afecte al feto. La listeria incide sobre la placenta y la doctora María Teresa Martín Pedraza, de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional, no quiere crear alarma social y afirma que existe tratamiento médico que mejora la evolución del embarazo y evita repercusiones en el feto. {wbamp-show start}

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Cualquier embarazada que sospeche haberse infectado con alimentos contaminados debe ponerse en contacto con su ginecólogo para realizar una serología de sangre. Existe terapia apropiada y eficaz que administrada precozmente puede mejorar y revertir el cuadro de listeria” explica esta especialista para tranquilizar a las futuras madres.

Según la doctora Martín Pedraza, si una embarazada comienza a tener fiebre alta, 38 grados, debe acudir a urgencias, donde le deben realizar analítica de sangre con leucocitos y velocidad de sedimentación, si estos valores son sospechosos, deben realizarse hemocultivos coincidiendo con el pico febril.

Si no hay sospecha de foco infeccioso causante de la fiebre – continúa Martín Pedraza -, y coincide son signos de corioamniontis (infección del líquido amniótico), la mujer embarazada quedara ingresada con antibiótico intravenoso hasta el resultado del hemocultivo que confirme o no la infección. El tratamiento de elección es ampicilina intravenoso, combinada con gentamicina, mínimo siete días intravenosa y siete días oral.

La infección es más frecuente en verano y puede aparecer como un caso aislado o como brote epidémico como es el caso actual en España. El periodo de incubación varía entre 1 y 90 días.

“En la gestante, la infección cursa con fiebre alta y cuadro pseudo gripal (este es auto limitado y leve), el principal problema es la gran afinidad de esta bacteria por atravesar la placenta e infectar al feto produciendo graves daños fetales. El primer y segundo trimestre es menos frecuente la infección pero produce abortos sépticos y muerte fetal intrautero. En el tercer trimestre es más frecuente la infección fetal (80%) y puede producir el 2/3 de ellos casos corioamnionitis y parto prematuro. En el 1/3 restante de los casos, son asintomáticos”, afirma la doctora María Teresa Martín Pedraza.

Para esta experta, la infección fetal puede ser precoz (es la más frecuente) y aparece antes del séptimo día de vida, suele provocar parto prematuro y consecuencias de infección en el feto, 20% de mortalidad. La infección tardía es a partir de los siete días de vida del recién nacido, siendo la madre portadora asintomática y la clínica más frecuente es la meningitis (se infectan en el canal del parto o post natal).

Consejos para mujeres embarazadas

La listeria es resistente al calor y al frio, las temperaturas bajas ralentizan el crecimiento pero la congelación no la destruye. Únicamente la destruyen las altas temperaturas de más de 50 grados centígrados. La listeria también puede sobrevivir en alimentos conservados en sal.

Por ello la doctora María Teresa Martín Pedraza, de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional, aconseja cocinar los alimentos de origen animal a temperaturas de más de 50 grados centígrados, lavar los alimentos consumidos crudos, lavarse bien las manos y los utensilios de cocina después de manipular alimentos crudos, no mezclar en la nevera alimentos crudos y cocinados (que estén claramente separados), limpiar muy a menudo la nevera así como no conservar más de 3 o 4 días los productos loncheados de charcutería.

La doctora recomienda a las mujeres gestantes evitar ingerir platos cárnicos precocinados, quesos de pasta blanda que no estén elaborados con leche pasteurizada, pates no enlatados o esterilizados, pescados o marisco crudo, leche cruda y derivados (sin pasteurizar), y ensaladas y vegetales preparados listos para comer.

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