Tras cerrar su primer curso sin lograr consolidarse en la parrilla de Cuatro, Todo es mentira ha afrontado el verano con más problemas de los previstos. El espacio vespertino ha sufrido una notable caída en sus datos a causa del adiós temporal de Risto Mejide, cuyas vacaciones estivales han hecho perder al formato satírico casi un punto.
El presentador se marchó de vacaciones el pasado viernes 12 de julio y, desde entonces, Todo es mentira no ha logrado frenar la sangría de audiencia. En las 10 entregas que comandó Mejide durante el mes de julio, el programa promedió un 4,2% de cuota de pantalla y 493.000 espectadores, mientras que, en las 30 siguientes, el espacio solo fue capaz de rebasar la barrera del 4% de share en una ocasión.
Desde que Marta Flich sustituyó a Risto al frente del programa, Todo es mentira acumula un 3,4% de cuota y 375.000 televidentes de media, lo que supone una caída de 0,8 puntos y 118.000 adeptos con respecto a los registros cosechados por el catalán durante los primeros días julio. Estos números se han convertido en un lastre para la cadena, que se sitúa casi un punto por encima del share promediado por Cuatro en agosto.{wbamp-show start}
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Saber y ganar aprovecha su ausencia y dobla la audiencia de Todo es mentira
Las sensaciones se agravan al comprobar que sus principales rivales, Saber y ganar y Zapeando, no han notado de una forma tan ostensible la caída del consumo televisivo propia del verano. Durante las vacaciones de Mejide, el concurso que presenta Jordi Hurtado ha incrementado su ventaja con respecto a Todo es mentira en dos décimas, consiguiendo doblarle en este período de tiempo (6,9% frente a 3,4%).
El caso de Zapeando es aún más sangrante ya que, pese a que tampoco ha contado con su presentador titular en varias entregas, el programa de laSexta ha conseguido mantenerse en su línea habitual y ampliar la distancia que le separa de Todo es mentira, que ha pasado de ser de 1,8 puntos y 196.000 espectadores a 2,5 puntos y 271.000 televidentes.
Cuatro espera que esta agonía llegue a su fin el próximo lunes 2 de septiembre, fecha escogida por Mejide para recuperar el control del programa. Será entonces cuando Todo es mentira demuestre si este desplome ha sido un simple bache producto de la caída del consumo televisivo propia del verano o si, por el contrario, la situación del espacio es irreversible.
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