¡Hola compañeres!
Nuestra lengua: rica, ortodoxa, fértil, capaz, envolvedora, inaudita, admirada, estudiada, sentida… ¿Sapatos o Zapatos? ¿Las Rosas o Las Rozas? Tanto nos separa como nos une. Una única Lengua que es capaz de entonarse desde un frugal bocadillo de fresas en Aranjuez escuchando como hablan, pronuncian y dicen los ribereños, herederos de los más bajos instintos borbónicos, elevados a la potencia sexual de sus feudos… los vallisoletanos, Suso, Yuso, San Millán… Trovas de otros sones que se unen a nuevas formas de entender la música, que al fin y al cabo es la manera de comunicarse, de comunicar y unir nuestro reptilíneo con el del resto de los humanos… Por qué las hormigas son capaces de unirse en un solo esfuerzo, como un animal único, y nuestro instinto es el de separarnos de la manada. Otros prefieren destacar por llevar todo al imposible, a la locura vestida de salvedades y de financiación pública…
En un abigarrado mercado de cualquier lugar dentro de la moravia o de la arabia, que siempre montan, se unen cientos de personajes que hablan un mismo idioma, pero es la musique, como dicen los franceses, el hilo de unión: ‘Si chillas y señalas es que quieres algo’, esto dice el refrán del que habla cien idiomas y entiende mil. En ese mercado de olores, sabores y músicas todos hablan lo mismo: Es universal, de este universo pequeño, lleno de unos y ceros, donde el dos no existe, cuando realmente es el uno, porque sumando al uno serían tres ‘dijo la fórmula real de un universo en 3, 6, 9’. Móvil, matemáticamente demostrable en pizarra de Scholze, movimiento telúrico que anuncia el final de lo conocido, el principio de lo que está por llegar. Hoy me comentaba Niko: ‘Me lo dijiste hace tres años, y hasta que no lo he visto en EEUU no…’ qué más da… Ver es percibir, sentir es creer, y crecer es lo que hacemos hasta los 25 años, en otros casos nunca crecen, porque traen la idea impresa en un código indescifrable, al que no se le quiere aplicar la lógica de la informática cedida, enseñada y diseñada por ellos, por los genios e la creación… ¿Verdad Jobs? Tablas insalvables, inexcusables, inexplicables, pero reales… Por qué un colisionador de Hadrones, cuando no un ¡detector de cabrones!, sería mucho más útil… La música de fondo que se escucha es Carmen… el electricista habla y pregunta cómo es el olor de los hilos que ha de conectar para que el milagro de la luminaria se produzca… Todo es tricolor, como la bandera de Colombia, todo es binario, como el cerebro de los que me educaron, ellos sólo veían en dos dimensiones, comían en una dimensión, y no pensaban sólo expelían…
Dicen que no hay regla sin excepción, y hablando de educar… Don Amalio Moratalla Sidera, que en mi cabeza reposa como germen fundamental del pensamiento lúdico lingüístico, me enseñó a leer, a sentir, a analizar, a creer, a crecer, a correr y a saltar… Y también me enseñó que existían en nuestra lengua romance tres géneros, aunque nunca estuve de acuerdo, para mi eran cuatro. Y decía don Amalio Moratalla Sidera, mientras inhalaba una calada de Camel, a saber: Masculino, Femenino, y Neutro (que al parecer era el que definía a ambos) siempre añadí, y él reía, aunque me castigase, y los del género gilipollas, el tiempo me dio la razón, la del barquero, pero la razón. ¡Mamá, Mamá Les Gallines y les Galles no existen! El cuarto género, sí.
pedro aparicio pérez
editor de prnoticias.com
periodistO
