Las aguas estaban tranquilas en Prisa hasta que la trama Púnica señaló directamente a su presidente no ejecutivo. La imputación de Javier Monzón por su posible implicación en la financiación ilegal del Partido Popular de Madrid a través de Indra -empresa que presidió desde 1993 hasta 2015- ha puesto en alerta a la editora de El País y ha comprometido la continuidad del empresario al frente de la compañía.
Aunque haya pasado una semana desde que se conociese la noticia, hasta el momento no hay una postura oficial de la compañía respecto a su continuidad. No obstante, la posición de Javier Monzón es especialmente comprometida ya que las normas de Prisa dejan en manos del consejo de administración de la empresa la continuidad de su presidente no ejecutivo.
Según apunta el diario El Español en varias de sus informaciones, la idea de Javier Monzón es mantenerse en el cargo a pesar de haber provocado una escisión en el consejo de administración de Prisa. El Banco Santander, accionista con el 4% del capital de Prisa, habría respaldado a Monzón, mientras que otros como Amber Capital (29,7%) o HSBC (9,1%) ya habrían pedido la destitución del empresario.
Sin embargo, y a pesar de la división existente en el consejo de administración de Prisa, Monzón podría ganar la batalla y mantenerse como presidente no ejecutivo de la empresa responsable de la Cadena SER. No sería la primera vez que algo así sucede. El ejemplo más claro es el de Juan Luis Cebrián, quien estuvo tres décadas al frente de la compañía y se mantuvo en el cargo a pesar de verse salpicado por los Papeles de Panamá.
Tomaron esa decisión a pesar de que el código ético de la compañía contemplaba la posibilidad de tomar medidas contra una situación que pudiera suponer un daño a la imagen y reputación de cualquier empresa del grupo. Algo que sigue vigente y que puede ser clave de cara al futuro próximo del directivo. La próxima cita será el 4 de octubre, cuando Monzón tenga que declarar ante el juez por su presunta relación con la Púnica.
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