En la Tierra a jueves, 18 abril, 2024

SILENCIO, SE VIOLA

Carlota y José María, concursantes de 'GH Revolution'

Hubo un tiempo en que Gran Hermano apuntaba maneras de experimento sociológico hasta el punto de contar con un filósofo como Gustavo Bueno para analizar lo que se cocía en la casa de Guadalix de la Sierra. Aquello hace mucho que pasó a mejor vida. El modelo televisivo de la Mediaset de Don Paolo (Vasile) es como la fábula del escorpión y la rana: resulta inevitable que acabe dando un picotazo.

Gran Hermano es otro producto más de esa factoría que retroalimenta su programación con contenidos salidos del cubo de la basura, rescatados del ‘frikismo’ televisivo y de los restos del naufragio del famoseo patrio de segunda regional. Todo ello adobado con cadáveres no tan exquisitos como el de Isabel Pantoja.

¿Y por qué todo esto? Más que nada porque la semana pasada una concursante de la edición Revolution (qué ironía, hablar de revolución en ese Grupo) rompió su silencio para narrar el calvario que lleva pasando desde que hace dos años fue presuntamente violada en el programa.

Probablemente en otros países las acusaciones de Carlota Prado habrían servido, como mínimo, para que la Fiscalía actuase de oficio contra el presunto violador y los responsables del programa. Ya no decimos contra los de Mediaset, que, repetimos, en otro país hubieran sido los primeros en tomar las medidas pertinentes. Aquí, sin embargo, sucedió todo lo contrario.

Según Prado, los responsables de GH Revolution fomentaron el consumo de alcohol y actuaron de forma, cuanto menos, dudosa tras los hechos. Lo habitual, por otra parte, en una Casa que fabrica carne picada a tanto el kilo de colaborador. Lo que sí tendrían que explicarnos es el porqué del misterioso silencio de los colectivos feministas con estas acusaciones. ¿Por qué unos sí y otros no? ¿Qué diferencia unas acusaciones sobre Plácido Domingo de un asunto como el de Carlota Prado, judicializado en la Audiencia Provincial de Madrid? ¿Dónde están los “hermana, yo sí te creo”, los “tocan a una, nos tocan a todas” y otros eslóganes? ¿Dónde las camisetas y las pancartas moradas?

¡Silencio, se viola!

pedro aparicio pérez
editor de prnoticias.com
periodistO

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