El gurú Evaristo Mejide ha hecho una de sus evaristadas. Después de semanas cebando la posibilidad de concurrir a las elecciones, ha demostrado que lo de presentarse era, además de un ‘bluff’, una maniobra torticera para conseguir notoriedad y rascar audiencia, que falta le hace.
Lo primero, tal vez lo haya conseguido, aunque, como reza el dicho, es pan para hoy y hambre para mañana. Lo segundo, imposible: ‘Todo es mentira’, además de hacer honor a su nombre, sigue siendo un lastre para Cuatro. {wbamp-show start}
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Detrás de toda esta campaña solo hay una mentira. Porque está muy claro que Risto, que ha justificado su decisión con su reciente paternidad, sabía perfectamente cuándo iba a nacer su hija. Y más hoy en día, cuando los médicos son capaces de dar casi hasta la fecha y la hora del nacimiento.
Una vez más, queda demostrado lo que busca Mejide. Que algunos medios “de prestigio” se hayan tragado el sapo, que es otra cuestión para hacérselo mirar.
Eso sí, la cosa está clara: en Risto, todo es una gran mentira.
pedro aparicio pérez
editor de prnoticias.com
periodistO
