El 16 de octubre de 2009 fue un día tranquilo, sin excesiva actualidad informativa más allá del máximo histórico del déficit de Estados Unidos y de la prisión incondicional que Baltasar Garzón había decretado para Arnaldo Otegi. Sin embargo, una noticia heló las redacciones de toda España y el corazón de los espectadores: Andrés Montes había aparecido muerto en su casa.
Ese vitalista pesimista, como le definió Sixto Miguel Serrano en El larguero, se marchó dejando tras de sí una ristra inagotable de motes y, lo que es más importante, la sensación de que, cuando él estaba al cargo de una narración, el entretenimiento estaba garantizado. Su electrizante estilo consiguió que su voz quedase asociada a momentos tan legendarios como The Shot de Michael Jordan o la conquista de Gasol, Calderón y compañía del primer Mundial de baloncesto.
Con motivo del décimo aniversario de su fallecimiento, el periodismo deportivo ha recordado la figura de Montes a través de charlas y especiales, como el que este miércoles le brindará Generación NBA (#Vamos). Porque la genialidad del locutor trascendía los motes y las narraciones, tal y como demostró en No sabes cómo te quiero, el programa que comandó en Radio Marca junto a Gemma Santos.{wbamp-show start}
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Montes se quedó sin ver cómo España paseó una de sus muletillas más famosas, el tiki-taka, por el mundo; los golpes en el pecho de Pau Gasol que finiquitaron la venganza perfecta contra Francia; o la mirada al cielo de Ricky Rubio en Pekín. Pero, llevemos una década sin oír su voz, Andrés continúa presente en cada gol, en cada canasta gracias a lo que despertó dentro de toda una generación que trasnochaba día sí y día también para escuchar como Shaquille O´Neal había vuelto a imponer el artículo 34 o el último despegue del vuelo número 23.
Andrés Montes murió hace hoy diez años pero, sin embargo, sigue estando presente en el imaginario popular, lo que confirma que si alguien sonríe al pensar en ti pese a que hace una década que no estás es que hiciste algo bueno. Y qué difícil es escribir una noticia sobre él sin recordar que, aunque la vida puede ser maravillosa, sin su voz no suena igual de buena.
Seguiremos Informando…