En la Tierra a viernes, noviembre 22, 2024

El Hospital Universitario Infanta Elena aplica un protocolo de intervención preferente de fractura de cadera que optimiza resultados y supervivencia postoperatoria

Con motivo del Día Mundial de la Osteoporosis, que se celebra este domingo, día 20 de octubre, el Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública madrileña, recuerda que la fractura de cadera es una urgencia real que no debe esperar más de 48 horas para su resolución, siempre que su estado o el tipo de fractura lo permita, ya que los pacientes intervenidos en ese plazo tienen mejores resultados y porcentajes de supervivencia. “Este concepto ha sido interiorizado y hecho propio por todos los médicos implicados en nuestro centro, que actúan de manera coordinada con el fin de lograr una intervención precoz”, señala el Dr. Cristóbal Suárez Rueda, jefe de su Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología.

Por eso, el hospital, que atiende unas 150 fracturas de este tipo al año, cuenta con un protocolo de intervención preferente de fracturas de cadera que consiste en la actuación conjunta y simultánea de especialistas médicos y quirúrgicos (traumatólogos, geriatras, anestesistas, internistas y médicos de urgencias) para intervenir precozmente las fracturas de cadera en condiciones de seguridad para el paciente.
De hecho, el tiempo medio de espera para ser intervenido en el Hospital Universitario Infanta Elena en 2018 fue de 25,22 horas, frente a las 75,7 de media en España, según los datos del Registro Nacional de Fractura de Cadera (RNFC). Además, sólo el 2,9 por ciento de los pacientes intervenidos desarrollaron una úlcera por presión frente a la media nacional de 6,7 por ciento. “Y, lo que es más importante: desde la aplicación de estos protocolos en 2018 conseguimos disminuir la mortalidad por fractura de cadera durante el ingreso en más de cuatro puntos porcentuales”, añade el especialista.
Protocolo de intervención preferente de fracturas de cadera

Gracias a la puesta en marcha de este protocolo, cuando el paciente es diagnosticado de fractura de cadera en el Servicio de Urgencias del hospital de Valdemoro es valorado por el traumatólogo, que establece la indicación quirúrgica, y por el geriatra, que ajusta su medicación y le optimiza desde un punto de vista médico para que pueda soportar la agresión quirúrgica. El anestesiólogo, por su parte, valora las pruebas preoperatorias y determina si el paciente es apto o no para la intervención. “Esta optimización puede durar unas horas, necesarias para lograr un correcto ajuste y evitar complicaciones, pero lo importante de estos protocolos no es la urgencia por operar, sino por estabilizar al paciente para que pueda ser intervenido en las primeras 48 horas”, dice.

Según datos de 2015 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la media de mayores de 65 años con fractura de cadera operados en países desarrollados en las primeras 48 horas se situaba en 80,9 por ciento, mientras que el promedio en España era del 48,4 por ciento. “Con el establecimiento de estas medidas, en 2018 hemos logrado intervenir en las primeras 48 horas al 85,12 por ciento de los pacientes mayores de 65 años, superando así con creces la media tanto de España como de los países desarrollados”, asegura este doctor.

Las consecuencias de una fractura de cadera

A corto plazo, durante el ingreso, la fractura de cadera trae consigo importantes complicaciones médicas como neumonía, anemización por sangrado, insuficiencia cardiaca o respiratoria, trombosis venosa profunda, tromboembolismo pulmonar o infección de la herida. A medio y largo plazo, el inmovilismo al que se asocia la fractura trae las complicaciones que implican el no caminar, entre ellas, úlceras, escaras, incapacidad para salir de casa o síndrome post caída.

“Esto afecta también a las familias, que tienen que reorganizarse para asumir los cuidados de unas personas que en muchas ocasiones antes eran autónomas y vivían solas”, asegura el Dr. Suárez Rueda. Y es que, según datos del RNFC, tres de cada cuatro mayores de 75 años que sufrieron una fractura en 2017 vivía en su domicilio previamente a la misma, mientras que al alta solo volvían a su casa el 36,9 por ciento. “La rapidez con la que se interviene a un paciente es fundamental para evitar la aparición de complicaciones que le impedirán volver a su vida tal y como la dejó”. Asimismo, la fractura de cadera tiene una mortalidad anual del 50 por ciento en mayores de 90 años.

Osteoporosis y fracturas de caderas

La incidencia de fractura de cadera en España en mayores de 65 años se sitúa entre 301 y 897 casos por 100.000 habitantes. Salvo algún traumatismo de alta energía, que no son frecuentes en esa franja de edad, la práctica totalidad de estas fracturas son debidas a fases avanzadas de la osteoporosis. “La fractura de muñeca o los aplastamientos vertebrales son también fracturas osteoporóticas, pero de aparición más precoz, por lo que deben servir de aviso a quienes las sufren para cambiar de hábitos o pedir ayuda especializada”, indica el traumatólogo.

Para prevenir la osteoporosis, además de algunos fármacos, cuya dispensación queda reservada al criterio médico, “existe evidencia científica demostrada de excelentes resultados en prevención de la osteoporosis con la realización de ejercicio suave (caminar, natación, pilates, etc.), la ingesta de alimentos ricos en calcio (lácteos, sardinas, legumbres o frutos secos) y la exposición al sol, ya que favorece la activación de la vitamina D, que a su vez beneficia la absorción del calcio”, señala el Dr. Suárez Rueda, a la vez que insiste en la importancia de la prevención, ya que se calcula que, si viviéramos 90 años, una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro hombres sufriría una fractura de cadera.

Una actuación exclusiva frente a las fracturas de cadera

El abordaje de las fracturas de cadera en el Hospital Universitario Infanta Elena, además del protocolo de intervención preferente, cuenta con una Unidad de Ortogeriatría formada por un médico especialista en Geriatría con dedicación exclusiva para valorar a pacientes ancianos con fractura de cadera desde el mismo momento de su llegada a Urgencias, acompañándolos durante todo el ingreso hasta el alta. Tal y como indica el jefe de este Servicio en el centro de Valdemoro, “la valoración en la propia Urgencia es imprescindible en la optimización del paciente, tanto antes de la intervención como tras ella, adelantándose a la aparición de complicaciones que médicos menos versados en el conocimiento del anciano no sabrían anticipar con tanta precocidad”.

El hospital dispone también de un proyecto piloto para mejorar, no solo la cantidad de vida que se logra mediante la cirugía precoz, sino también la calidad de esta que se consigue con la reincorporación a sus actividades previas. Para ello, se ha potenciado la sedestación del paciente en las primeras 24 horas tras la cirugía (conseguido en el 77 por ciento de los casos frente al 58,5 por ciento a nivel nacional) y la deambulación a las 48 horas de la intervención mediante el trabajo coordinado de fisioterapeutas en el gimnasio de Rehabilitación, que enseñan a caminar, y de terapeutas ocupacionales en planta de Hospitalización, que muestran estrategias para afrontar las actividades básicas como vestirse, asearse o ir al baño.

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