A veces, los sueños (y las bravuconadas) se hacen realidad… y si no, que se lo digan a David Broncano y Gerard Piqué, que se llevaron La resistencia a la Caja Mágica con motivo de la inminente celebración de la Copa Davis. Tras lanzar la idea en su última visita al programa, el futbolista del Barça consiguió llevarse el late night al estadio, donde más de un millar de personas esperaban para disfrutar de esta edición especial del show.
Pero, como dijo Jack el Destripador y cantaba Estopa, vamos por partes. Una vez acomodados los cerca de 1.500 asistentes que consiguieron una invitación para acudir a la grabación, Jaime Caravaca hizo acto de presencia con su traje plagado de logos de Batman. Antes de que se encendiese el piloto rojo, el cómico lanzó una buena ración de chistes negros para calentar al personal, que respondió de forma favorable, especialmente cuando se dedicó a sacar los colores a parte del público.
La cosa se fue animando gracias a la entrada de Grison, que hizo gala de los sus dotes para el beatbox en un teatrillo que hizo las delicias del público. En este punto, hay que hacer un pequeño inciso para recalcar la función del músico en el programa, más allá de las entregas grabadas en la Caja Mágica. Grison es como un portero de fútbol: su función es pasarse 89 minutos mirando jugar a sus compañeros para que, justo en el momento exacto, haga una intervención de mérito y complete un partido redondo.
Y, sin más dilación, comenzó el show. Una vez que David Broncano hizo su aparición en el tapete de la Caja Mágica, nada se detuvo durante las siguientes dos horas. Tras despachar con habilidad el monólogo, el presentador dio entrada a Jorge Ponce, que apareció rodeado de niños mientras parte de la grada sacaba un tifo con su cara. Entre chistes de Bill Cosby y Albert Rivera, el humorista completó su sección tirándole pelotas de tenis al público, que para algo se han llevado La resistencia a la Caja Mágica.
La resistencia despide uno de sus cánticos preferidos
Ponce regresaría más tarde convertido en juez de silla pero antes dejo pasó a Gerard Piqué, la gran atracción de la jornada. Tal y como sucedió en sus dos intervenciones anteriores en el programa, el futbolista hizo gala de un gran sentido del humor y toreó las interpelaciones del público con bastante arte, demostrando la inteligencia y los reflejos que le faltaron en Anfield. El defensa del Barça terminó por hacerse un hueco en el corazón de los fans de La resistencia al amagar con descubrir el contenido de la caja, un extremo que finalmente no cumplió, aunque todo apunta a que el espacio podrá disfrutar de una nueva estatua en plató gracias al futbolista.{wbamp-show start}
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Tras la entrevista, llegó el tenis de la mano de deportistas de la talla de Pablo Carreño, Diego Schwartzman, Andrey Rublev o Marcel Granollers. Este tramo, solo apto para los más cafeteros, tuvo su punto cómico gracias a las apariciones sorpresa de Raúl Cimas, Ingrid García-Jonsson y Arturo Valls, que se atrevieron a medirse a los profesionales con desigual resultado (a destacar la finura de Cimas con la raqueta).
Finiquitados los partidos, el programa llegó a su fin, ya que todo en esta vida tiene que acabar. Con esa máxima quiso despedirse el programa, que decidió poner el broche de oro a uno de sus cánticos más coreados, A por el bote, y guardarlo para siempre en el baúl de los recuerdos. Porque sí, los programas de televisión son como las parejas: si los estiras más de la cuenta, acaban apagándose de forma lastimera y lejos del brillo que una vez tuvieron, así que no hay mejor (ni más arriesgada) decisión que intentar renovarse cada día para no caer en la monotonía más mediocre. Y en eso, Broncano y sus chicos son expertos, así que la vida de antena de La resistencia podrá ser más o menos larga pero, sin duda, será excitante.
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