En uno de esos giros inesperados que ofrece la vida, María Teresa Campos ha resurgido de sus cenizas para cerrar 2019, uno de los peores años de su vida a nivel profesional, por todo lo alto. Tras verse abocada a un retiro forzado ante la falta de proyectos televisivos, la presentadora ha conseguido esquivar la jubilación gracias a una serie de intervenciones que le han reposicionado dentro del imaginario popular gracias a un aspecto por el que nunca había destacado: el sentido del humor.
Los problemas de la matriarca de las Campos se remontan al primer trimestre de 2019, cuando su contrato con Mediaset quedó resuelto. El fin de este vínculo laboral era la crónica de una muerte anunciada tras los escasos proyectos con los que había contado la comunicadora dentro del grupo tras la cancelación de Qué tiempo tan feliz. Este complicado panorama, unido a su disgusto por el trato que habían recibido Terelu y Carmen Borrego por parte de Sálvame, llevó a María Teresa a verse inmersa en uno de los momentos más bajos de su vida.{wbamp-show start}
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Pero no hay mal que por bien no venga y la salida de Mediaset acabó por convertirse en un bálsamo para la andaluza. Tras las acusaciones vertidas en Sálvame que acusaban a Campos de ser una déspota, la presentadora comprendió que era necesaria una renovación de su imagen para mostrarse más cercana al público, uno de sus grandes puntos fuertes durante su carrera, y así poder reposicionarse en el mercado televisivo como un producto atractivo y con tirón.
¿Y quién mejor que David Broncano para completar una operación de este calado? La comunicadora acudió a La resistencia el pasado 23 de octubre dentro de la sección de Quequé, que lleva un invitado inesperado al programa para que tenga una breve charla con el presentador. Su arte a la hora de tratar con el humorista la acabó por convertir en una de las sensaciones del curso, lo que supuso un impulso en su objetivo por regresar a la televisión con proyecto propio. Su paso por el espacio dejó tan buen sabor de boca que Broncano le agradeció su disposición durante los Premios Ondas 2019, lo que acabó desembocando en uno de los mejores momentos de la gala.
María Teresa Campos, cuyo instinto profesional está fuera de toda duda, comprendió que ese era el camino idóneo y reforzó su apuesta por cambiar la percepción que le había acompañado durante los últimos tiempos a base de sentido del humor y frescura firmando su fichaje por la segunda temporada de El cielo puede esperar, donde sus amigos y conocidos irán a velarle en un entierro ficticio. En esta misma línea, la presentadora también ha aceptado convertirse en la primera invitada de Arusitys prime, el nuevo programa de Alfonso Arús en Antena 3, al que acudirá con su hija Terelu el próximo viernes 22.
Su reconversión hacia un personaje divertido y apetecible se completó hace unos días, cuando salió a la luz un vídeo de la malagueña con su nieta, Alejandra Blanco, en el que ambas aparecían bailando. Lejos de resultar ridículas, estas imágenes fueron bien acogidas en las redes sociales gracias a su naturalidad, lo que da pistas a la Campos de cuál debería ser el camino a seguir si quiere consolidar este cambio de imagen y obtener una nueva oportunidad en televisión.
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