La 20ª temporada de Cuéntame cómo pasó sufrirá una baja sensible dentro de su reparto. TVE ha confirmado que el recorrido de Paquita, el personaje interpretado por Ana Arias, tocará a su fin durante la segunda mitad de la vigésima temporada tras grabar sus últimas secuencias este lunes. Eso sí, la cadena ha dejado la puerta abierta de cara a su posible regreso en el futuro, apuntando que quién sabe si Paquita “nos tiene preparado alguno de esos giros en su vida con los que tantas veces nos ha sorprendido”.
“Después de 16 años en los que hemos vivido y crecido tanto, ha llegado el momento de independizarnos, dar un salto y a volar. Gracias a ellos, mis alas son fuertes. Formáis parte importante de mí, de lo que soy como actriz y como persona. Parte importante de mis risas, retos, cambios y logros, de mi perspectiva, de mi amor a esta bendita profesión. Sé que nos cruzaremos de nuevo, en otros proyectos y aunque ya no me llamaré Paquita, nos miraremos, sonreiremos y sabremos que todo empezó aquí”, ha asegurado la actriz a través de su cuenta de Instagram.
Arias se ha mostrado muy agradecida con el equipo, tanto técnico como artístico, que compone la serie, acordándose de maquilladores, peluqueros, guionistas, cámaras, auxiliares, maquinistas, foquistas, scripts, sonidistas, directores, auxiliares… La intérprete también se ha acordado de los espectadores: “Vuestro cariño es un tesoro que seguiré cuidando, sean cuales sean los personajes en los que me encuentre a partir de ahora”.{wbamp-show start}
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Paquita llegó a la ficción hace más de 14 años, instalándose en la casa de los Alcántara siendo casi una niña. La inocente, tierna, sensible, rústica y adorable Paquita, que jamás había salido de Sagrillas, llegaba a San Genaro encandilada por la vida de la capital. Con el paso del tiempo, ha acabado transformándose en una mujer fuerte y decidida, madre de tres hijas, valiente y emprendedora, luchadora y dispuesta a cualquier cosa por su familia. Y, aunque conserva algo de aquella candidez inicial, su carácter se ha ido cincelando a fuerza de disgustos y risas, de sorpresas y despedidas.
La vida le tenía preparadas muchas sorpresas: un novio homosexual, otro aficionado a los fenómenos paranormales, una boda de penalti con Miguel Alcántara, una familia numerosa, una viudedad prematura y, en definitiva, una colección de vaivenes sentimentales y económicos que la colocaron, en varias ocasiones, al borde del precipicio. Ha sido Paquita, Paca, la Loba… y hasta Doña Francis, en su etapa de mayor esplendor económico.
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