Carta vista en Facebook escrita por una niña de Sudán del Sur a Greta Thunberg.
“Por error he recibido esta carta, que tampoco es que sea para Greta, sino para los bobos que babean con ella, por muy jefes de estado o de gobierno que sean.
Querida Greta:
Me llamo Kiwa y tengo quince años. Vivo en un campamento para desplazados en Sudán del Sur y he visto y leído las cosas que dices. ¿Qué te han robado la infancia? Creo que vives en Suecia; sin ánimo de molestar, hay que ser ignorante o tonta para decir algo así. ¿De verdad piensas que el catamarán de lujo en el que viajas no se ha construido con elementos contaminantes? Lo mismo que el coche eléctrico en el que, dicen, vas a desplazarte, así como tu casa, tu móvil, etcétera. ¿O es que vives en una cueva natural?
Entiendo que si contraes alguna enfermedad no utilizarás ningún medicamento en cuya fabricación se hayan utilizado elementos químicos y contaminantes, sino que intentarás la curación con apio y quinoa, que por supuesto no habrán sido tratados con insecticidas y por tanto los comerás con bichitos. Pero claro, si te comes los bichitos eres una asesina de seres vivos; y si no te los comes, peor, pues ese apio es la comida de ellos y sus familias, que morirían de hambre por tu culpa.
Perdona, pero hay que tener poca vergüenza para decir que te han robado la infancia, a no ser que lo digas porque no te dejan ir al colegio como a todos los niños. Entiendo que en tu país estarás todo el día protestando para que no fabriquen coches ni máquinas, que no traten los cultivos con ningún producto y que no talen árboles, etcétera.
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Mira, Greta: quiero pensar que, simplemente, eres un títere en manos de extraños intereses, por lo que sal de tu burbuja un momento y escucha: a quienes nos han robado la infancia es a nosotros, a todos los millones de niños que nacimos en el tercer mundo, maltratados, mutilados, violados y asesinados desde el mismo momento de nuestro nacimiento, y que solo podemos sobrevivir día a día, deseando que nuestros míseros cultivos no se pudran por falta de tratamiento para combatir las plagas; y que nos encantaría tener muchas más vacas echando pedos a la atmósfera todo el día porque así tendríamos acceso a las proteínas que puedan impedir la muerte por desnutrición de millones de nuestros niños. Y también nos gustaría disponer de vehículos que nos pudieran transportar a la escuela o a por agua, evitándonos decenas de kilómetros cada día. Pero como nosotras, a pesar de tus tonterías teledirigidas a unas masas idiotizadas por las redes sociales, te deseamos lo mejor y que puedas vivir según tus convicciones y puedas recuperar la infancia que te han robado, te hemos reservado un hueco en la tienda número 1.587 de nuestro campamento de refugiados para que puedas descansar un rato sin contaminar, por supuesto, siempre que tengas suerte y esa noche no coincida con una de las habituales visitas de las hordas de soldados drogados y borrachos.
Si logras sobrevivir, por la mañana, con suerte, tendrás la única comida del día, que consiste en unas gachas de harina mezclada con agua del único pozo que tenemos, por supuesto de agua contaminada, y si, como es habitual, contraes el cólera, podrás limpiarte el culo con tierra y piedras. Otra cosa importante: para no contaminar el medio ambiente no traigas el móvil, ni gafas, ni compresas, ni cepillo de dientes, ni dada que en su proceso de fabricación haya contribuido a emitir CO2.
¿Qué te han robado la infancia? No te preocupes, porque todas nosotras para hacerte un favor: TE LA CAMBIAMOS.”
Seguiremos Informando…