La investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno ha estado marcada por la polémica. La escasa diferencia por la que se ha producido su designación y la procedencia de algunos de los apoyos que ha recibido el líder socialista para mantenerse en La Moncloa han crispado los ánimos de la derecha, un estado de ánimo que se ha extendido por toda la prensa conservadora, que ha optado por encender ‘la máquina del fango’ para combatir la formación de un ejecutivo progresista.
El mejor ejemplo de este modo de deslegitimación del adversario introducido por Umberto Eco en Número cero vino de la mano de El Mundo, uno de los diarios que más ha batallado para frenar la investidura del candidato del PSOE. La publicación de Unidad Editorial escogió a Tomás Guitarte como su víctima y puso la maquinaria en marcha de la mano de una noticia que aseguraba que la empresa del turolense había disparado su facturación por contratos con los gobiernos de Aragón y Valencia.
Con esta información, publicada a escasas 24 horas de la votación decisiva, El Mundo pretendía poner en duda la honradez de Guitarte, vinculando su apoyo a Pedro Sánchez con los contratos que había firmado su empresa con organismos controlados por gobiernos socialistas. El problema de la noticia es que el titular estaba en presente pero los hechos habían sucedido antes de que Teruel Existe decidiese presentarse a las elecciones y, por tanto, no tenían relación ninguna. Este contratiempo obligó al diario que dirige Francisco Rosell a cambiar el tiempo verbal del titular, desproveyéndolo de cualquier tiempo de interés noticioso. Eso sí, esta variación no evitó que Jorge Bustos, jefe de Opinión del periódico, asegurase en una columna que Tomás Guitarte era un señor de Teruel al que le habían comprado el voto.
Debido a su bisoñez, Teruel Existe se ha convertido en el principal objetivo de los medios conservadores, que han optado por lanzar titulares apocalípticos para demostrar el error que cometió Guitarte al apoyar a Pedro Sánchez. Sin ir más lejos, El Español, quinto periódico más leído de España, abría este miércoles su edición con un reportaje titulado “Espero que tengan un año catastrófico”: llegan las primeras cancelaciones hoteleras a Teruel, que convertía un hecho anecdótico (varias personas han anulado sus reservas en la provincia por la postura de Teruel Existe) en noticia de alcance.
La ridiculización también se ha convertido en un arma de la prensa conservadora para deslegitimar el nombramiento de Pedro Sánchez. Tras rogar a la bancada socialista que boicotease la investidura a través de un editorial y asegurar que el nuevo Gobierno “tiene como enemiga a la Constitución”, El Mundo decidió variar su estrategia y apostar por artículos corrosivos como Ácido hialurónico para Sánchez y pienso para los socialistas: ya hay gobierno Frankenstein o La papada escondida de Rufián y la coleta de Pablo Iglesias a lo María del Monte animan la investidura.
Los medios también han jugado con la enfermedad de Aina Vidal, la diputada de Unidas Podemos que se ausentó de la primera votación a causa del cáncer que padece. Con expresiones como ‘todo por Sánchez’ o ‘la más valiente de los salvadores de Sánchez’, diarios como La Información o El Español aprovecharon la presencia de la catalana en la última sesión para presentar al líder socialista como alguien necesitado del esfuerzo de una persona enferma para sacar la investidura adelante.
La aversión de la prensa conservadora al gobierno que liderará Pedro Sánchez se resume en un tweet publicado por Jorge Bustos. Minutos después de que el Congreso apoyase al líder del PSOE, el periodista afirmó que “si hay una legislatura para leer El Mundo va a ser esta. Qué festín”, un mensaje cuyo trasfondo comparten los principales medios de derechas: durante los próximos, su único objetivo será intentar desgastar hasta la extenuación al gobierno de coalición, sea como sea.
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