En Málaga, tenemos un médico y escritor, Juan Manuel Jiménez Muñoz, con una inteligencia y un humor extraordinarios.
Os dejo la carta que le ha dedicado al nuevo Ministro de Sanidad.
CARTA ABIERTA A SALVADOR ILLA, NUEVO MINISTRO DE SANIDAD, FILÓSOFO DE PROFESIÓN.
Estimado jefe:
El abajo firmante, médico del Sistema Sanitario Público, te da la bienvenida al Ministerio de Sanidad y se pone a tus órdenes para lo que necesites.
Creo que ha sido un acierto tu nombramiento ministerial: nada más útil en la cúspide de la Sanidad Española que un filósofo; pues, al vernos coartados tantas veces por los puñeteros recortes, los sanitarios y los pacientes de España hemos de apoyarnos siempre en la filosofía para sobrevivir al desastre.
Los pacientes, por ejemplo, se toman las listas de espera con mucha filosofía. Los médicos nos tomamos con filosofía la falta de sustitutos. Las enfermeras se toman con filosofía sus indecentes contratos. Las auxiliares se toman con filosofía que les arrojen orina. Los administrativos se toman con filosofía que les echen la culpa de la demora del médico. Y los celadores se toman con filosofía su escaso reconocimiento profesional. Así que, otro filósofo más en la Empresa para arreglar el asunto, será siempre bienvenido.
No hagas caso, ministro, a quien sospeche que tu llegada al Gobierno tiene algo que ver con tus buenos oficios en la negociación con Esquerra Republicana de Cataluña para la investidura de Sánchez. Pecata minuta es esa. Ese gran servicio a la Patria debe ser recompensado, sin duda ninguna, con una cartera ministerial. Y no hagas caso, tampoco, a quien diga que, como ministro de Sanidad, no sabes distinguir una tos de un estornudo. En los tiempos que corren, eso es un mérito.
Y cuando te vengas abajo, cuando creas que todo se desmorona y que lo estás haciendo fatal, piensa que es imposible quedar peor que algunas lumbreras que te precedieron en el Ministerio.
Recuerdo, por ejemplo, a doña Celia Villalobos, del Partido Popular, también conocida como la “Señora de los Huesos del Puchero”, quien, además de llamar a voces a “¡Manoooolooooo!”, se enfrentó a la crisis de las vacas locas sin saber lo que era una vaca, aunque sabiendo lo que era una loca.
No se me olvida tampoco doña Ana Mato, Popular también, que por poco nos mata con el ébola, y a quien tuvieron que sustituir a toda prisa porque no distinguía el jaguar de su marido de un jaguar de la selva americana.
Tampoco le fue a la zaga un ministro de UCD cuyo nombre –afortunadamente– no recuerdo, y que afirmó en una rueda de prensa que la intoxicación por aceite de colza la producía un bichito muy pequeño, casi invisible. “Tan pequeño, tan pequeño –dijo el catedrático– que si se cae de la mesa se mata”. Pabernos matao, sí.
Y qué decir de la inefable doña Leire Pajín, ministra socialista en su tierna pubertad, y cuyo mérito principal para tan alto destino fue haber pegado carteles en Valencia a favor de Zapatero. Ahora, por cierto, tiene Leire un cochazo, un sueldazo y un cargazo en las Naciones Unidas, en Nueva York. No sabemos qué demonios hace allí. Pero bueno, eso no importa. Tampoco sabíamos lo que hacía aquí.
Con esos antecedentes, amigo ministro, es imposible no triunfar. Y consuélate, hombre. En algo aventajas a la ministra de Sanidad saliente: te veo más guapo.
Así que nada, compañero filósofo: que Enmanuel Kant nos sea propicio y que Aristóteles nos salve.
Salud, mucha suerte, y a tu disposición.
Firmado:
Juan Manuel Jimenez Muñoz.
Médico y escritor malagueño.
Farmaindustria da la bienvenida al nuevo Gobierno de España y reitera su compromiso con el diálogo y la cooperación
Farmaindustria celebra el nombramiento del nuevo ministro de Sanidad, Salvador Illa, y la configuración y puesta en marcha del nuevo Gobierno de España, y les desea el mayor éxito en su gestión.
Ante la etapa que se abre con la formación del nuevo Gobierno, Farmaindustria se propone seguir trabajando con la Administración General del Estado de manera leal, colaborativa y constructiva y con los objetivos compartidos de garantizar el acceso de los pacientes a los mejores tratamientos posibles, consolidar la calidad y sostenibilidad del sistema sanitario y contribuir al desarrollo económico y social del país, a través especialmente de la investiga-ción.
En lo que se refiere al acceso de los pacientes a los tratamientos y la sostenibilidad del Sis-tema Nacional de Salud, Farmaindustria recuerda su compromiso a través del Convenio de colaboración con la Administración General del Estado que entró en vigor en 2016 y en virtud del cual las compañías farmacéuticas que venden medicamentos originales -no genéricos ni biosimilares- se comprometen a realizar devoluciones si el gasto público en estos medica-mentos crece por encima de lo que lo haga el Producto Interior Bruto (PIB) en términos reales. En este marco de entendimiento y cooperación, Administración y Farmaindustria se han comprometido a trabajar en un nuevo Convenio para 2020.
Complementariamente, desde la industria farmacéutica entendemos necesario definir una política farmacéutica orientada a la eficiencia, por la vía de la medición de los resultados en salud y el uso adecuado de los medicamentos, y que tenga en consideración toda su aporta-ción a largo plazo y desde una triple perspectiva sanitaria, económica y social. Será positivo que esa política del medicamento se inscriba en el marco de una mayor inversión en sanidad, para reforzar la solidez y calidad del sistema sanitario, en la línea expresada por el presidente Pedro Sánchez en su discurso de investidura, en el que anunció el incremento de la inversión en la sanidad pública hasta llegar en la legislatura al 7% del PIB.
Trabajar en estas líneas es fundamental también para el objetivo de atraer mayor inversión en investigación por parte de las compañías farmacéuticas, en especial en clínica, ámbito en el que nuestro país es hoy una referencia. La solidez del sistema sanitario, la alta cualificación de sus profesionales, la participación de los pacientes, la sensibilidad de la Administración y la apuesta de la industria farmacéutica han contribuido a que centros españoles participen ya en tres de cada diez ensayos clínicos realizados en Europa. Esta posición de privilegio permite, con la estrategia adecuada, convertir a España en un líder mundial en la materia en un momento de grandes avances farmacológicos con la llegada de las nuevas terapias génicas y celulares. No se puede perder esta oportunidad. {wbamp-show start}
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