Por Mónica González Ortín,
Country Manager AxiCom en España
Todas las economías se basan en la confianza. Tradicionalmente los países han sido los encargados de aportar el grado de confianza en el sistema económico. Pero en la actualidad hay muchas compañías cuyos ingresos anuales crecen más que los PIB de muchos países.
En 20 años Google ha ganado presencia en más de 100 países, y hoy en día aproximadamente la mitad de la población mundial, 3,8 mil millones de personas, utilizan Internet cada día. Dentro de 20 años, a las tasas de crecimiento actuales, la empresa matriz de Google, Alphabet, tendrá unos ingresos equivalentes al PIB de países como el Reino Unido.
En la economía global actual se ha sobrepasado el punto en el que la confianza financiera podría ser garantizada por un país, aunque, por otro lado, tampoco nos encontramos en un momento en el que las personas estén dispuestas a depositar todavía su confianza en este tipo de entidades corporativas. Esto es debido, en parte, a la creciente conciencia sobre la amenaza del cibercrimen, invasiones a la privacidad y desconfianza sobre la IA.
Pero la respuesta podría estar en la tecnología, algo que surgió como resultado de la crisis crediticia de 2007-2008 cuando hubo una pérdida generalizada de confianza en los bancos y cuyas ramificaciones no todas negativas, aun continúan hoy en día. Una de ellas es la creación y explosión de popularidad de las criptodivisas, siendo el bitcoin el más conocido.
Bitcoin es una herramienta totalmente basada en la confianza, tanto como lo es el dinero en efectivo o digital, que utiliza la tecnologia Blockchain para garantizar su seguridad . Durante algún tiempo después de su creación, el Bitcoin continuó siendo un nicho de preocupación para algunos y un castillo de arena para casi todos los demás. Sin embargo, el valor de esta moneda, notoriamente volátil, se ha disparado en los últimos años. El por qué no parece esté del todo claro, Algunos comentaristas sugieren que las inversiones institucionales han contribuido a alimentar esta burbuja. Pero hasta JP Morgan decidió, no hace tanto y después de declarar públicamente su desconfianza, que el blockchain era algo que merecía la pena explorar.
El bitcoin y otras criptodivisas rivales van madurando y con ello ganando confianza, lo que también implica que la aplicación del Blockchain se irá considerando como herramienta útil y válida en otros ámbitos y aplicaciones.
Según la empresa de investigación CCS Insight en su informe 2019 & Beyond Predictions realizado en colaboración con la agencia de comunicación Axicom, empresas como Facebook desplegarán tecnología de Blockchain para rastrear los datos de las redes sociales a finales de 2020 como forma de tener una pista de auditoría clara e irrefutable de las empresas que tienen acceso histórico o actual a los datos de los consumidores. Una de las características del Blockchain es que los datos no pueden ser eliminados; esta tecnología se podrá utilizar para hacer un seguimiento de los permisos y credenciales, en lugar de los datos en sí.
La economía de los datos se verá impulsada por un mosaico de tecnologías interrelacionadas que ayudarán a generar gran parte de los datos en bruto sobre los que se construye la economía. El Blockchain, soportará este escenario generando una fuerte base de confianza sin la cual la economía de los datos fracasaría.
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