“Calumnia”, dicen que le soltó Federico Jiménez Losantos a Paco Marhuenda en su programa, ayer, de EsRadio. Lo que viniendo de Losantos, aunque sea para defender a Cayetana Álvarez de Toledo, no deja de tener su aquél. Y todo porque en un informativo de Antena 3 rotularon tildándola de “marquesa ultra del PP”. Todo, por cierto, verdadero: es marquesa, es ‘ultra’ hasta para muchos de sus compañeros (que hablen Feijóo o el propio Rajoy, al que el nombramiento le cayó como la bofetada de Pontevedra) y es del PP.
Que Losantos, que a lo largo de los años ha destacado por insultar a todo lo que se mueve y por colgar apodos hirientes y ofensivos, tenga la piel tan fina con la antigua jefa de gabinete de Ángel Acebes, dice mucho de por dónde caminan sus intereses.
Corre por Whatsapp y Twitter una lista de insultos tan florida del locutor que se indigna por la “calumnia” a la marquesa, que sorprende ese nuevo papel como juez, fiscal y jurado a la hora de administrar lo que otros medios aseguran sobre una de sus protegidas.
Lo de Cayetana, por cierto, da para echar la vista atrás. A aquellos tiempos en que Pedrojota la aupó desde la sección de Opinión de ‘El Mundo’ hasta la jefatura de gabinete de Ángel Acebes como secretario general del PP. Eran aquellos tiempos en que este dúo dinámico, junto a los Zipi y Zape de Génova (Acebes y Eduardo Zaplana, en el siglo), se deleitaba en versiones ‘alternativas’ sobre el 11-M y en laminar a cualquier ‘disidente’ que no se plegara a su línea. Cayetana, en esa historia, era la “niña” de Pedrojota y Losantos. Dupla que, entonces, todavía funcionaba, no como ahora, en que han partido peras.
Los nuevos vientos del PP, en el Congreso de Valencia de 2008, acabaron con la dama. Sus protectores perdieron fuelle, la nueva cúpula entrante eliminó los restos del aznarismo latente y los vientos cambiaron también en los medios, en especial en la COPE, donde los obispos se hartaron de muchas cosas. Por ejemplo, de financiar proyectos televisivos y radiofónicos alternativos de su ‘estrella’ a costa de su cepillo y de licencias prometidas a la cadena episcopal. Rajoy, sin embargo, fue generoso con Cayetana y la siguió incluyendo en las listas pese a que nunca despertó, fuera de ámbitos muy minoritarios, simpatías en el PP, donde era vista como un topo de la pareja mediática.
Hubo que esperar hasta 2015 para que, en un ejercicio de fidelidad comparable a aquél otro personaje bufonesco, Gabriel Elorriaga, eligiera apuñarla a Rajoy a través de ‘El Mundo’. Por entonces, ya no reinaba Pedrojota, pero el ‘modus operandi’ fue similar.
Nadie, y menos Pablo Casado, podrá engañarse de la elección realizada al resucitar a la marquesa de Casa Fuerte, notable peón de brega de la FAES en la que también hizo sus pinitos el de Husillos. Con ella desembarca un ‘remake’ con, entre otros, Alfredo Timmermans, el de la comunicación gubernamental en el 11-M, en el furgón de cola. Porque lo de Casado, a estas alturas, más que renovación, parece una novela de Fernando Vizcaíno Casas resucitando viejas glorias. {wbamp-show start}
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pedro aparicio pérez
Portador del gen recesivo de Chirli
Editor de prnoticias.com
PeriodistO