Vengo de una ciudad donde vivir y morir es más que habitual, de lo que acá es costumbre. Donde para vivir hace falta más que un lavado de manos. Donde se encierran sólo los pudientes después de modificar sus cuerpos con una cirugía estética, que pagan al auxilio de nuestra pobreza… donde se vive de barrer calles, cuidar carros, hacer mandados, vender películas, y copiar y vender música pirata, lavar parabrisas en un semáforo, llevar carretas con frutas o mercancía… Vengo de una ciudad donde se dice coja, pase, entre, arrime, a la orden, bien pueda, pregunte por lo que no vea. Donde los guantes son para los que ponen inyecciones o sacan muelas, donde las personas para vivir deben salir a diario, y respirar profundo su contaminación. Estar encerrados implica tener muchas cosas en abundancia: comida, dinero, paciencia, amor. La comida se obtiene con dinero, el dinero se obtiene trabajando, robando, heredando, la paciencia se obtiene conviviendo, estando en comunidad, el amor, ese sólo se obtiene de los que están a nuestro lado.
Para estar encerrados debemos hacer muchas cuentas, y programar nuestra vida, pagar el carro, la renta, los servicios públicos, la cuota de la ropita de diciembre, el celular de gama alta, la fiesta de XV, el aniversario, la graduación. Los medios de comunicación nos invitan a racionar el uso de los recursos naturales con costumbres fáciles de implementar: cierre el paso del agua mientras se enjabona, no deje el cargador conectado, apague la luz si no la necesita. Quisiera saber si ahora, mientras todos están en casa, se siguen practicando tales medidas para “ayudar” a nuestro herido planeta. Si toman duchas de 10 minutos o de una hora. En una casa con 4 habitaciones, por lo general, y, en la que tienen 5 TV, uno en cada cuarto, y otro en la sala… ¿Será que se juntan para no gastar tanta luz? ¿Será que mientras ven la TV, sueltan el celular? ¿Apagan en algún momento el ordenador? Vengo de una ciudad donde las personas no tienen otra opción, donde se debe salir y luchar para sobrevivir, donde si se paga la renta y la luz, queda faltando para la comida, donde se tapa un hueco abriendo otro.
Vengo de un país donde la usura es el top para enriquecer a muchos, donde las ayudas son para los pudientes, y para los amigos de rancio abolengo. Las personas honorables y respetables, dignas de toda admiración; propietarios de viviendas, negocios y con cuentas de banco con enormes cifras, esperan, como también esperan los pobres, que, llegando la fecha, se pague en su totalidad cualquier obligación que genere engrosar el bolsillo. Los números no mienten, y son miles las enfermedades, accidentes, catástrofes y motivos que pueden arrebatar la vida de un humano. Por otro lado, quisiera saber ¿cuántas personas burlaron la muerte y extendieron el número de sus días? Quisiera saber ¿cuántos misioneros cambiaron sus guantes y mascarillas al curar heridas de personas, que no bañan su cuerpo hace semanas? Quisiera saber si las cifras de muertos desde el encierro están en cero. Quisiera saber ¿cuántas personas han muerto de SIDA?, y si en algún momento pensaron en no propagar el virus con un encierro temporal, permanente… Un virus mata en 15 días, otro en años, ¿cuál es más peligroso? ¿cuál se puede controlar? ¿cuál se puede erradicar?
Podría ser un virus, el anzuelo para atrapar las mentes de quienes pretenden vivir sin pensar en la muerte. Podrían con un virus generar pánico a tal punto de controlar ¿quién vive o quién muere? Qué produce más terror: ¿morir? ¿vivir con miedo de morir? ¿saber que podemos morir? Reconocer que tenemos dos días seguros, como dice la canción: nacer y morir. ¿Cuándo llegamos al punto de creer que podemos controlar la vida, extenderla o mantenerla sin perderla?…
Me lo preguntaba porque en tu ciudad nada es como lo es en la suya. Despertar a una post guerra, porque así lo están anunciado, y así será. Un día nos hablaban de la Primera Guerra Mundial, luego de la Segunda, pero… ¿realmente hubo dos? O fue la misma de los ingleses contra Europa, y ahora… ¿De qué hablamos? De una guerra en la que el campo de batalla obedece a estadísticas que lo que pretenden es reducir la pirámide poblacional, y reducir el gasto farmacéutico, regulando automáticamente las pensiones, llegando estas a cero. ¿Será? En esto consiste el estado social de Iglesias, y por supuesto los crónicos… Que raro es todo en mi ciudad.
pedro aparicio pérez
Portador del gen recesivo de Chirli
Editor de prnoticias.com
PeriodistO