Hacer un repaso de las virtudes de Veneno es similar a comerse unos huevos fritos: no es original ni novedoso pero nunca está de más. Cinco días después de su lanzamiento, la ficción de Los Javis ha reventado todos los registros de Atresplayer Premium con su primer (y, por el momento, único) episodio: en su estreno, la serie logró multiplicar por 10 el récord de visionados que tenía cualquier otro contenido de la plataforma, lo que desembocó en un importante repunte en su número de suscriptores.
Más allá de los fríos números, Veneno se ha convertido en todo un fenómeno que ha encandilado tanto a la crítica como al público. El capítulo inaugural del biopic de la mítica colaboradora de Esta noche cruzamos el Mississippi ha dado a la audiencia todo lo que prometía (que no es poco): emoción, fuerza, humor, ternura, una factura técnica impecable y unos cuantos cameos sorprendentes que completan una de las ficciones más redondas de los últimos años.
El anuncio de que Javier Calvo y Javier Ambrossi pondrían en marcha una serie sobre Cristina Ortiz o despertó ciertos recelos ante la dificultad que entraña trasladar a la pantalla una vida tan compleja como la que tuvo la comunicadora. Especialmente complicado era encontrar un casting que estuviera a la altura porque a La Veneno (ni al resto de personajes que integran su universo) no la puede interpretar cualquiera. Además, a esto había que sumarle el cuidado con el que los creadores tenían que escoger al trío protagonista, para el que decidieron apostar por intérpretes transexuales en lugar de caracterizar a una actriz cisgénero.
El resultado es inmejorable: tanto Daniela Santiago como Isabel Torres (Jedet no aparece en el primer capítulo) cumplen sobradamente con su cometido al captar a la perfección la esencia que caracterizó a La Veneno durante las diferentes etapas de su vida. Con respecto al conglomerado de personajes secundarios, Lola Dueñas, Ester Expósito e Israel Elejalde brillan con luz propia, mientras que Desirée Rodríguez deja muy buenas sensaciones en su debut como actriz. Por otra parte, los cameos de Pablo Amores, La Zowi, Esty Quesada, Han Wang y Micky Molina
Paca la Piraña, la otra gran protagonista de Veneno
Mención aparte merece Paca la Piraña. La mejor amiga de La Veneno, que se encarna a sí misma durante la parte final de la vida de Cristina, consigue impregnar la ficción de una emoción especial con su interpretación, cuya fuerza se redobla gracias a una mirada en la que se puede leer el dolor que supone revivir la decadencia que acabaría llevando a la tumba a su inseparable compañera.
Pese al grado de brillantez que alcanza la serie en ciertos momentos, Paca la Piraña consigue el instante más emocionante del episodio cuando recrea cómo La Veneno, tras conocer a Valeria Vegas, empieza a fabular sobre los planes que podrían hacer juntas. “Ay, Cristinica de mi alma, con lo tranquilita que yo te tenía… Esa mirada ya la he visto yo antes y no nos trajo nada bueno y ahora que he perdido a mi Rocío Jurado no te quiero perderte a ti también, no quiero que te pase nada”, pronuncia Paca con la heladora certeza de quién sabe que las cosas no acabarán bien.
Precisamente este punto, el de las frases icónicas, vuelve a consolidarse como una de las señas de identidad de las ficciones de Los Javis, tal y como ya ocurrió en La llamada o Paquita Salas. A través de expresiones como “tú eres loba”, “no soy travesti, soy siniestra” o “princesa Chenoa”, Ambrossi y Calvo van salpimentando la ficción de certeros latigazos que aligeran la carga dramática sin desvirtuarla.
Aunque solo está disponible el primer episodio de Veneno, no cabe duda de que Los Javis han salido indemnes del reto profesional más complicado de su carrera, creando un producto que muestra realidades que son ajenas a una gran parte de la sociedad a través de una protagonista nada convencional. El repaso a la vida de La Veneno podía haberse quedado en una simple enumeración de los momentos trágicos que marcaron su existencia pero, conscientes de que la importancia que puede tener la historia de la almeriense en muchos jóvenes (y no tan jóvenes), Javier Ambrossi y Javier Calvo han profundizado no solo en una persona, sino en una época, regalando a la audiencia un cuento heroico que no se olvida de la crueldad.
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