La pandemia del coronavirus abre una nueva realidad para la industria farmacéutica y el sector sanitario. Esta crisis ha puesto en valor la labor profesional de todos los profesionales de la salud, así como la de los farmacéuticos y otros trabajadores.
Por tanto, es importante analizar los desafíos que se presentan desde una nueva perspectiva, atendiendo al nuevo rol de los pacientes, las alianzas público-privadas, la investigación y desarrollo (I&D), el acceso a los medicamentos y la adherencia de las terapias, la transparencia y compromiso y la transformación tecnológica. A continuación, exponemos los principales retos a los que se enfrenta la industria, con el objetivo de consolidar el papel como actor principal en la contribución social y progreso socioeconómico. Según María Cura y Georgina Rosell (LLYC), estos son los cinco desafíos a los que deberá hacer frente la industria farmacéutica:{wbamp-show start}
{wbamp-show end}
- La reputación de la industria farmacéutica sigue siendo un reto: El estado de bienestar y la percepción de la salud como derecho universal han sido determinantes para que la sociedad española asuma también el derecho a la gratuidad de los medicamentos. Por el contrario, la opinión pública desconoce que la investigación y desarrollo de nuevas terapias y fármacos son altamente intensivas en inversión de capital, recursos y tiempo. Ahora, la pandemia del coronavirus ha puesto en evidencia que el sistema público y los operadores hospitalarios y socio sanitarios son insuficientes para afrontar los problemas de salud pública sin la ayuda de la industria farmacéutica, sin herramientas diagnósticas, vacunas y fármacos eficaces
- El mercado de acceso y las relaciones con los gobiernos: La industria viene trabajando su footprint (huella) con el objetivo de trasmitir a la administración pública y a los decisores sanitarios la aportación del sector farmacéutico a la economía, la generación de empleo, la investigación y la innovación. El nuevo relato debería remarcar el valor del medicamento, más allá de su precio, reforzando otros mensajes relacionados con el aumento de la esperanza de vida y la calidad de vida de las personas. El contexto de esta pandemia quizá ayude a impulsar un nuevo relato en el que se destaque el papel real de un fármaco o una vacuna y su contribución social.
- El activismo corporativo y rol de los pacientes: Tal como comenta Iván Pino, Socio y Director Senior del Área Digital de LLYC en su Informe Activismo Corporativo: cómo usar la influencia para impulsar políticas públicas sostenibles: “El activismo corporativo supone un grado de compromiso elevado por parte de las organizaciones con las sociedades de su entorno en las que opera pues no sólo exige contribuir al desarrollo de sus grupos de interés sino a su sostenibilidad. Pero ese compromiso no es sólo pasivo, en el sentido de que se limita a ayudar, sino que da un paso al frente. Es un compromiso activo, de movilización de la marca entorno a un proyecto, incluyendo el uso de recursos internos de la organización”.
- Alianzas público privadas: El reto de la pandemia ha puesto también de manifiesto la necesidad de colaboración entre las administraciones públicas y el sector privado, y, sobre todo, de una acción global coordinada. Un ejemplo es el acuerdo de colaboración de Grifols con el Gobierno de Estados Unidos para producir el primer tratamiento para combatir la COVID-19. El proyecto permitirá la producción de inmunoglobulinas a base de plasma de pacientes recuperados y el desarrollo de estudios para determinar su eficacia
- Uso de nuevas tecnologías: Empresas, organizaciones y gobiernos van a requerir del uso de las nuevas tecnologías para poder avanzar. El uso de la IA, la realidad virtual o el big data abre innumerables opciones para la toma acelerada de decisiones y la prevención. Las innovaciones permitirán lograr objetivos de salud pública y transformar la industria de la salud, romper con límites actuales y expandir las fronteras para proporcionar servicios que antes no se creían posibles.
Seguiremos Informando…
