Eva Fresnillo, Consultora Sénior de Estudio de Comunicación
Poco a poco pasan los días en este nuevo y extraño escenario viendo, sorprendidos, como el temible enemigo no para de cancelar fiestas y eventos populares que jamás pensaríamos desaparecerían de nuestros calendarios: Semana Santa, Feria de Abril, San Fermín, San Isidro, Festivales de música, etc. Citas que año tras año nos acompañaban para hacer más interesante el día a día y que forman parte de nuestra vida.
Los eventos corporativos, las ferias, los congresos han sufrido la misma suerte. Son uno de los sectores que más se está viendo afectado así como su futuro y el de todos los proveedores responsables de su realización: técnicos, decoradores, músicos, azafatas, personal de seguridad, animadores, etc.
Está por ver, pero podría decirse que, a grandes rasgos, se empieza a vislumbrar el nuevo modelo de gestión de los próximos actos empresariales. Los eventos volverán de forma paulatina y sin prisas, pero siguiendo las medidas sanitarias que aseguren su realización: locales con menor aforo, disminución de servicios de catering, elementos de medición de temperatura, acciones para guardar las distancias de seguridad… son requisitos que habrá que implementar rápidamente, pero mientras tanto hay que reinventarlos y empezar a diseñar fórmulas distintas basadas en tecnologías digitales y nuevas herramientas.
De hecho, son muchos los actos virtuales que ya se están celebrando en la actualidad y, además, con éxito: webinars, ruedas de prensa online, encuentros de formación digitales, foros virtuales, etc. La facilidad de conexión, la oportunidad de estar presentes sin moverse de casa, la posibilidad de realizar tareas simultáneas y el mayor aprovechamiento del tiempo son factores que ahora se valoran más que nunca.
Además, los eventos en este nuevo contexto permiten ser más globales, flexibles y multitudinarios, ofreciendo de forma fácil incrementar la asistencia con invitados incluso de otros países a los que nos es más difícil llegar con un evento presencial. Por ejemplo, la 89º edición del Foro de Comunicación Interna que organiza Estudio de Comunicación fue, a causa del COVID, la primera en versión online y congregó a más del doble de invitados que en una sesión presencial. Todo un descubrimiento que el ahorro de costes y de tiempo convierten en una solución fantástica de cara a realizar algún tipo de eventos.
Pero esta situación es temporal porque el tiempo va pasando y junto a la superación de esta pandemia irán apareciendo empresas deseosas de volver a la Comunicación de ‘guerrilla’, a reunir a su gente y clientes tras estos meses separados.
El evento para entonces sabrá mucho mejor. Es cierto que nos encontraremos inmersos en una crisis económica pero también estaremos preparados para realizar nuevos actos que, aunque con limitación de excesos técnicos y de puesta en escena, necesitarán nuevos enfoques. Cuando llegue el momento nos adaptaremos de nuevo a la situación con encuentros protagonizados sobre todo por valores, orientados a la humanización y al diálogo, destinados principalmente a objetivos de RSC y con contenidos de mayor calidad. Esto generará otro tipo de pensamiento en cuestión de producción de eventos. Ahora lo importante es que las empresas sean valientes y pioneras y Se pongan a trabajar, crear, idear, adelantarse y diseñar los eventos del futuro para que, aunque no pierdan todos sus rasgos originales, sigan siendo potentes y cumpliendo su papel esencial en la Comunicación.
